lunes, 2 de febrero de 2015

Canalización de un Yo Superior

ACLARACIONES SOBRE NUESTRA TERAPIA REGRESIVA



Sobre el Yo superior

YO SUPERIOR: Es un término que acuñamos para definir al Alma plena –no necesariamente purificada- de una persona encarnada con la cual se establece un contacto telepático, que se diferencia de un Alma que se ha desprendido de su cuerpo físico con la muerte y cuyo ego se diluye al diluirse sus cuerpos sutiles, específicamente su cuerpo astral. Durante una canalización de un Yo Superior, se realiza una percepción de la Identidad más sutil de un consultante, que incluye la totalidad de su memoria akásika y el estado de su cuerpo astral en su actualidad. Por lo tanto el Yo “superior”, lo es en función de su plano vibratorio –astral-mental-, más no de su nivel evolutivo, ya que al estar encarnado en un cuerpo mortal, el Yo superior está adherido a las influencias positivas y negativas de su personalidad.

“Si nosotros hacemos a un lado el ego de una determinada alma y la percibimos lo más fielmente posible nos comunicamos con lo  que nosotros llamamos Yo Superior – no por ser lo mejor de cada persona, sino por ser su esencia individual más sutil a la que podemos acceder -. Pero no podemos pensar que esa alma, aunque tenga ese ego o traje muy pegado o afianzado y no quiera salir a la superficie,  deja de ser un Yo Superior por eso. Por esta razón nosotros al establecer contacto con el Yo Superior de un consultante intentamos comunicarnos no con su ego sino con el alma que está detrás de ese ego y sin embargo muchas veces encontramos almas que tienen un ego muy pesado,  y esto explica porque su Yo puede expresar las impresiones de su ego actual o aquellas características que han sobrevivido o se han repetido encarnación tras encarnación. Por lo tanto la comunicación con el Yo superior de cada persona es variable, porque este Yo superior puede tener un nivel de afectación mayor o menor de sus experiencias con los egos que ha tenido en cada vida y puede estar más o menos cercana a su Yo Divino o Espiritual.
Esa es la diferencia entonces entre los diferentes seres con los cuales nos comunicamos. Nos comunicamos con el alma estando encarnada, con el prisma que cada uno tiene dentro de sí. Con esa Identidad espiritual autoconsciente."

"Cuando algunos autores hablan de que el Alma encarna en un 10% en el plano físico, preferimos entenderlo como una analogía del escaso nivel de dominio que suele tener nuestra alma sobre la vida como encarnados. Pero no lo vemos como una separación energética posible, pues, como hemos dicho no es posible medir con un número o un porcentaje la cantidad de conciencia despierta que tenemos para actuar en el plano físico. Sea que estemos encarnados o no, tenemos una sola alma por persona, y podemos seguir pensando y sintiendo aun cuando hemos abandonado nuestro cuerpo y desconectado nuestro cerebro a la energía de la esencia mental. Nuestra imagen del Alma es más bien como la de un gran cuerpo de energía que interpenetra el cuerpo físico en su totalidad y actúa a través del sistema nervioso, diseminado en este, y anclado, sin embargo, en el chakra cardíaco, de manera similar a un  feto humano que se une a la placenta de su madre a través del cordón umbilical.

Por su parte el Espíritu, que inhunda tanto al Alma como al cuerpo, vivifica y moviliza, su información, ordenada y direccionada por el Alma. Es preexistente a la posesión del alma sobre el cuerpo y cuando esta triada (espíritu, alma y cuerpo) se unifica en el Ser humano, se genera el milagro de la vida en este mundo, tres elementos coordinados e interpenetrados, que como una sola unidad dan a la vida su espacio, de la misma manera en que hasta una simple célula lo hace en cada minúscula parte de nosotros mismos."

Así pues, no concebimos un 90% por ciento de nuestra Alma separada de nuestra naturaleza, sino tan solo una parte no medible de nuestra memoria ancestral a la cual no tenemos acceso directo cuando encarnamos para evitar la carga emocional que el recordar nuestras vidas implicaría. Pero cuando forzamos a través de técnicas ese recuerdo se puede acceder a esa parte de Alma que se mantiene almacenada como Energía no Consciente o recurrir a un intermediario que pueda visualizar psíquicamente ese registro energético de nuestra Alma, tal como se hace con la Terapia de Auditación Espiritual.

Identidad y plano del Yo superior: El nombre es una percepción vibracional que la propia Alma elige traducido a sonido, aunque hemos encontrado que a veces cada Yo superior prefiere que se lo identifique con el nombre de la presente encarnación. En cuanto al nivel, sugerimos la lectura de la etiqueta "Planos vibracionales" donde se aclara nuestro concepto con relación a planos de densidad y planos evolutivos o Reinos, y que explica por qué los Yo superiores no saben expresar o decir un “número”, cuando se les cuestiona sobre su nivel o plano.



Limitaciones al canalizar a un Yo Superior:  Hemos observado múltiples casos en los que los “Yo superiores” expresan dificultad para percibir el estado espiritual de otras entidades o incluso de recordar sus propias vivencias. En relación a esto hemos encontrado asociación entre, la falta de conexión del consultante con las propias intenciones de su Alma, es decir, su impulso espiritual poco consciente, con una tendencia al control dominante de su ego que hasta cierto punto lo incapacita para confrontar las vivencias pasadas. Esto nos indica que estas Almas se encuentran en un letargo espiritual, debido posiblemente a la fuerza negativa de los roles de ego presentes durante su encarnación, los cuales le dificulta su capacidad de salir de su mundo personal y conectarse con el nivel propio de su Espíritu y por lo tanto su conciencia es más limitada.

Un Espíritu encarnado, cuya Alma ha adquirido una conciencia espiritual más despierta y amplia, probablemente podrá establecer –como Yo Superior– una conexión más fluida con otras entidades, y tener mayor acceso consciente a su propia historia personal, así como su ego o personalidad podría, a fuerza de trabajo interno e interés por su crecimiento espiritual, mejorar su conexión con su Yo Superior escuchando más a su Alma, facilitando así su propio despertar. Estas características propias de cada Yo Superior, hace que cada canalización se dé de manera particular y diferente.

Por otro lado, hemos observado en la experiencia, que cuando un Espíritu está encarnado, el Alma está necesariamente influenciada por la vivencia cotidiana del plano físico y por lo tanto está actuando en conjunto con su ego o personalidad encarnada (esto se da de manera natural por la presencia de los cuerpos mental y emocional de la persona), lo cual parece en ciertos casos formar un velo que de alguna manera separa la conciencia del Yo Superior con otras realidades espirituales –a menos que esté haya estado entrenada para ello, siendo capaz en este caso de separar sus experiencias emocionales y mentales primarias para contactar con aspectos más elevados o sutiles de las mismas–. Esto nos ha mostrado cómo cada Yo Superior está en realidad más centrado en su tarea evolutiva y su conciencia está más puesta en sus acciones y aprendizajes a través del plano físico que en la de otros seres o en la búsqueda de conocimiento en otros planos de conciencia (astral y mental) como se ha especulado, ya que cada experiencia de vida es una oportunidad de exploración íntima del Espíritu con el mundo material. Es aquí donde la capacidad psíquica del canalizador permite ir más allá de las limitaciones de un Yo Superior y ayudar en el proceso de trasmitir su experiencia, visualizando aquellos aspectos que podrían ser evadidos por la entidad (no confrontados) o que no pudo traer a su conciencia en el momento de la canalización.

La canalización de información precisa sobre el estado de salud física

A través de una canalización es más fácil estimar y percibir el estado energético, emocional y mental de las personas que su estado físico con precisión, ya que lo primero es una observación más cualitativa y puede estar mediada por la visión interna del psíquico, mientras que lo segundo requiere de métodos cuantitativos y físicos para corroborar las observaciones en cuanto a enfermedades se refiere. Si se le pregunta directamente al Yo superior, quizás pueda conocer el estado físico de su parte encarnada pero tanto el canalizador como el alma de una persona pueden tener un margen de error normal en su percepción, es decir, la apreciación u observación humana, y más si se realiza desde un plano sutil, no físico, tiene siempre la posibilidad de error. Este problema no existe tanto cuando se realizan muestras físicas y se realizan mediciones de manera directa.

Según esto el diagnóstico del estado de salud física es un terreno que no es tan conveniente consultarse a través de la canalización telepática, además que pueda estar condicionada por el margen de error natural del canalizador. Por eso es mejor que en todo diagnóstico de salud física se realice medición directa; ya que lo físico puede medirse con lo físico, mientras que al evaluar energías y estados más sutiles de la misma se pueden usar métodos indirectos como la canalización. Si bien hemos tenido aciertos en muchos casos, especialmente por la visualización de la energía vital de la persona, no faltará el día que la percepción sea inexacta y culpabilicen al canalizador del error sin tener en cuenta lo mencionado.


Si deseas saber cómo se realiza esta terapia y su finalidad puedes leer el artículo del encabezado de este blog: Terapia de Auditación.

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