lunes, 1 de diciembre de 2014

La creación en el Mundo Intraterreno


Hemos querido compartir con nuestros lectores, este apartado extraído de “La Biblia III Testamento de todos los tiempos”, donde se explica ampliadamente los temas de la vida intraterrena y la creación del Reino Humano en nuestro planeta, con el fin de que queden aclarados y sirvan de base a comentarios y otros temas tratados en este blog:



“El verdadero lugar para el desarrollo de la vida es el interior de los planetas y no su superficie exterior. La Tierra tiene la condición de albergar vida en su exterior porque sólo tiene un tercio más de gravedad, y temperaturas que varían entre -80º y +50º centígrados, lo que permite el desarrollo del Reino Vegetal, y por lo tanto del Reino humano. Pero las condiciones de vida no son las perfectas, sirviendo este planeta –en su superficie externa– como cárcel para los individuos que atentan contra la perfección natural en este sistema solar.
Tal es el caso del Demiurgo, que siendo un hombre primigenio e inmortal degeneró al Reino animal –naturalmente constituido por unas pocas especies– y creó al Sub-Reino Homo mortalis mediante sucesivos experimentos genéticos. Ésa es la razón por la cual esta civilización se halla solitaria y desconocedora de las comunidades intra y extraplanetarias.
El Jardín del Edén -o sea la superficie interna del planeta-, estaba habitada solamente por los Hombres Primigenios y por los Reinos Mineral, Vegetal y Animal. Todo ello era Perfecto. No podría decirse que era “bueno” porque no existía lo malo, aunque todos sabían lo que era correcto hacer, sin aceptar que se hiciera de otra manera que no fuese la Perfecta.
Nada podía hacerse de otra manera que no fuese la Perfecta, porque la imperfección era conocida como la opción no deseada. El rechazo a lo que pudiera significar salirse de la Perfección, era tan instintivo como el temor del niño ante el abismo. No necesita arrojarse a él para saber lo que le ocurrirá si lo hace. Así los Hombres sabían que si alteraban el Orden Perfecto de la creación del Logos del Mundo y sus cuatro ángeles, perderían esa vida perfecta y feliz que venían gozando desde que eran cristales minerales, cuando un soplo de conciencia atómica les hizo existir como individualidades.
Sabían que desde que comenzaron a Ser, regidos por la influencia del Auténtico Creador del Hombre, que es el Logos del Mundo, lo único que debían hacer para evolucionar en la felicidad perfecta era mantener el equilibrio perfecto dentro de sí mismos. Ese perfecto equilibrio entre sus tres manifestaciones: (SER = AMOR, CONCIENCIA = INTELIGENCIA Y VOLUNTAD = PODER). De ese modo, evolucionaron formando los más maravillosos y perfectos cristales, hasta dejar esa materia de tan largos, simples y lentos ritmos, para organizar una estructura más compleja, adecuada a los requerimientos creativos de un YO más capaz, más consciente.
Para esto el Logos del Mundo y sus cuatro ángeles ya les habían dado una enorme variedad de opciones para Ser en unos organismos más complejos, donde pudieran expresar más completamente su mayor cantidad de Amor, Inteligencia y Poder.
Siguiendo los planos etéricos hechos por el Logos, los Yoes formaron el Reino Vegetal, donde las opciones eran mucho más diversas que las del Reino Mineral, permitiendo una mayor cantidad de expresiones creativas a cada Ego evolucionante. Así se establecieron ciclos mucho más cortos que eran de unos diez mil años, poco más o menos. De las mezclas minerales primigenias surgieron formas de pequeñas “serpientes de vida” en cadenas de átomos, que originaron el Árbol de la Vida. Este es en realidad un sistema informático, como un sistema organizador de los átomos, de tal modo que una parte de un cuerpo –por ejemplo una célula– contiene toda la información de cómo está constituido todo el cuerpo. Este Árbol de la Vida está formado principalmente por átomos de Carbono, Hidrógeno, Nitrógeno y Oxígeno, que forman moléculas (conjuntos atómicos ordenados) con forma de espirales o serpentinas.
Pero esta organización no se produce por casualidad, sino por dirección inteligente y planificada de una Conciencia Excelsa, que es el Logos Planetario, es decir el “Yo” del Planeta, puesto que cada mundo es una célula del Cuerpo de Dios que llamamos Universo. El Logos fabricó primeramente setenta clases de cristales para que los incipientes Yoes comenzaran el largo y glorioso camino de la Evolución.
El Árbol de la Vida permitió la formación de los Reinos Vegetal, Animal y Humano. En el principio, el Logos hizo setenta clases de vegetales menores parecidos al pasto, para que la tierra se hiciera blanda, y luego diseñó setenta clases de árboles, y cada uno con diferentes y maravillosos frutos.
Cuando éstos fueron plenos sabedores de todo lo que su naturaleza implica, el Logos les diseñó unos cuerpos de pez, siendo de setenta clases diferentes, para que aprendieran a moverse en el agua y desarrollaran la experiencia de los sentidos. Ninguno comía a sus semejantes, sino que comían los frutos de los vegetales que crecían en el agua.
Cuando estuvieron experimentados en su naturaleza, gozando de la Perfección en ese Reino, saltaron a otro diseño más complejo que les permitió caminar o volar, habiendo sobre la tierra solamente siete clases de animales perfectos que eran Búfalo, Mamut, León, Águila, Lobo, Abeja y Gacela. Ninguno de ellos molestaba a los otros, y todos comían frutos de los árboles.No existían seres carnívoros.
ACLARACIÓN: Los Reinos Naturales son producto de la evolución cósmica, pero son “creados” o generados en base a un PATRÓN CREACIONAL impartido por la Jerarquía de Logos, acorde y con adaptación a las condiciones particulares que cada sistema planetario y cada planeta puedan producir. En otros sistemas solares, otras galaxias y otros planos universales, las formas de vida pueden ser enormemente diferentes en lo físico, y los Reinos muy diversos en su modo de expresión. Pero el Patrón Creacional Absoluto está dado en la Tábula Máxima Hiperbórea. (Libro Tercero). Es decir que todos los Reinos del Universo, responden a las mismas Leyes, aunque los cuerpos de los seres sean infinitamente diversos. Por lo tanto hallaremos en el Cosmos, analogías equivalentes a un mismo nivel de conciencia. Podemos compararnos con un “hombre” de otra galaxia, cuyo cuerpo sea más parecido a un árbol o a un pulpo, pero será “hombre”, en tanto y en cuanto su nivel de conciencia sea equivalente al nuestro.

LA CREACIÓN DEL HOMBRE



El Ser Inefable que es Hermano Mayor y Padre Creador de los Hombres, es un Logos como el que habita en el corazón interno de todos los mundos, en el sol que es Dios hecho Mundo y que desde antiguo es llamado “Pacha”. El es un Logos Creador, que recibe la Luz Invisible y la Luz Visible del Sol Padre de Mundos, llamado “Ra”. Ra, a su vez, recibe todas las luces etéricas del Sol Sirio, el que las recibe del Logos de la Galaxia, y así sucesivamente.
Estos Logos, que son fuentes de Luz Perfecta, solamente crean cosas y Seres perfectos, porque son Dios hecho Galaxia, Dios hecho Estrella y Dios hecho Mundo. Todos los Seres que ellos crean son manifestaciones perfectas de la Divinidad, a imagen y semejanza de Dios porque son dioses individuales.
En los planetas que se crearon con la paternidad de Ra, los Logos de cada mundo hicieron creaciones similares, porque recibieron iguales inspiraciones. El Aliento Solar (viento magnético de elevadísima vibración etérica) define patrones o moldes de creatividad, inspirados a su vez en el Aliento de Sirio, y así sucesivamente.
Como producto de esta Jerarquía Gloriosa surgió la Creación del Hombre. El Hombre fue creado Perfecto. Todo lo sabe porque puede extender su vista más allá de las montañas y hasta el fondo de los mares. Aún viviendo adentro del planeta puede ver las cosas de afuera, o sea de la cara que da al abismo. Cuando crece y se desarrolla su Espíritu Divino, le es posible dejar su cuerpo de tierra (material) y con su cuerpo de Vraja Rojo (cuerpo astral desarrollado) puede viajar por todo el mundo e ir a otros mundos si lo desea, para conocer y maravillarse de la Creación del Absoluto.
Cuatro Maha Chohanes o “Grandes Ángeles” se unen en cada planeta para crear a las criaturas: Uno es el CREADOR, cuyo Rayo Especial es el Dorado de la Inteligencia. Este es el diseñador de la criatura. Otro es el FORMADOR cuyo Rayo Especial es el Rojo del Amor y éste le da armonía y coherencia a la criatura, sembrando en ella la esencia del Ser.
Otro es el REALIZADOR, cuyo Rayo es el Azul del Divino Poder de la Voluntad, que imprime en el éter del mundo los atributos diseñados por el Creador y la calidad otorgada por el Formador, haciendo la Magia de la Precipitación por los elementos, generando el PUNTO ALEPH, sobre el cual el Cuarto Ángel aparece, llamado “YO SOY”, se difunde y genera la Vibración Primera o el Ojo de Shiva, que es la Conciencia, y el Ojo de Mithra que es su reflejo mental (la pantalla mental en que se ven los propios pensamientos). Su Rayo es el Blanco de la Verdad. El Punto Aleph se diversifica en millones de Egos o Individualidades. Los Cuatro Ángeles no son Seres individuales, sino modalidades vibratorias propias del Logos. En todos los Seres existe una analogía de ellos. En el Humano, los cuatro ángeles son: Sentimiento, Pensamiento, Palabra y Acto.
Todo ello es guiado por el Logos del Mundo, cuya regencia es Perfección sobre la Perfección.

La criatura Hombre es Creación Perfecta, como todas las demás criaturas del Logos, por lo tanto es un Dios Individual envasado en un Cuerpo Perfecto para disfrutar de ese modo específico su propia EXISTENCIA FELIZ, como Dios viviente y como Príncipe del Absoluto. Su destino es -como el de todas las criaturas- evolucionar hacia estados cada vez más Gloriosos dentro de la Creación Absoluta, siendo Hombre por tanto tiempo como lo desee, sin morir mientras quiera seguir siendo Hombre, con potestad sobre los minerales pero sin dañar el orden planetario.
Asimismo el Logos le ha dado potestad sobre los vegetales, para que cuidándolos, reciba de ellos los innumerables frutos que han de hacer de su sustento vital una delicia más. Antes de hacer al Hombre, los Maha Chohanes hicieron al Reino Vegetal, y lo hicieron Perfecto; y al Reino Animal, y Perfecto lo hicieron para que luego sean Hombres, según inspiración de la Divina Jerarquía Solar.

EL ÁRBOL DE LA VIDA



Las cadenas de átomos en forma de serpientes hicieron posible al Logos diseñar cuerpos biológicos llamados “semillas”, capaces de generar un ÁRBOL, que en el idioma intraterreno se llama Igg Drassil, o sea “El Primer Ser que Siente”. Estos árboles daban frutos con más semillas, con toda la información para que se vuelvan a hacer más árboles, dando mucho excedente biológico, como para nutrir a una criatura diferente, que sería el mismo Yo árbol una vez cumplido su ciclo como tal.
Cuando todo esto estaba en perfecta realización, los árboles llegaban a una altura de más de diez estadios, como queriendo alcanzar la inefable corola de Luz del Logos. Los Seres que eran, en esos cuerpos de árbol, adquirían así la experiencia excelsa de “sentir” profundamente, creando un cuerpo de agua alquímica, formada con las vibraciones maravillosas del Amor hacia el Logos que los había creado Perfectos como “YO Existente”, en cuerpos de árbol perfecto. Ese cuerpo de agua alquímica es éter vibrando en relación de atracción de las cosas que la Voluntad desee, y en respuesta idéntica a las vibraciones de los otros seres. Eso es lo que llamamos emoción, así que ese cuerpo se llama “emocional” o “astral” y sus funciones son: responder a los sentimientos de amor de los otros seres, emitir sentimientos de amor hacia los otros seres, lo que a su vez produce una vibración más rápida en los átomos de la materia de ese mismo cuerpo, despertando la Inteligencia Divina que existe en ellos. Con ello se forma una mayor Conciencia que es exactamente proporcional a una mayor Voluntad para hacer cosas perfectas y felices.
Luego los árboles hicieron tan perfecta su existencia y la gozaron tan gloriosamente, que decidieron perpetuarse en el mundo, y esos Yoes quisieron ser criaturas más completas, para expresar un amor mayor aún, y de una manera más excelsa todavía. No más perfecta, pues perfectos eran desde que existían.
Así los cuerpos emocionales de los árboles fueron tomando la forma que el Logos había previsto como criaturas Animales, cuyas formas no precisarán estar en un sólo lugar. El Logos imaginó luego al Hombre con un cuerpo tan glorioso, repartiendo su Amor más intensamente y en mayor espacio, y para que pudiese ser menos limitado aún que el Animal, y para que anduviese también por otros mundos llevando el mensaje de Amor del Logos Pacha-Mama.
Pero la mayoría de los árboles, que ya habían formado sus cuerpos de agua alquímica, o sea luz astral, con forma de Hombre, abandonaron sus gigantes cuerpos, dejando una gran cantidad de madera para luego utilizarla ellos mismos, siendo Hombres, sin necesidad de pasar por el Reino Animal. Así muy pocos fueron los animales, pero fueron Perfectos e inteligentes como los Hombres, tanto la Abeja como los demás. Las siete clases de animales sólo se multiplicaban lo suficiente como para mantener una cantidad que fuese buena a fin de mantener un equilibrio y beneficio para el Reino Vegetal, puesto que de él dependen las demás criaturas.

EL HOMBRE PRIMIGENIO



Merced al deseo de los árboles, intervino el Logos del Mundo para formar al Hombre con el agua alquímica llamada luz astral, porque es amor puro proyectado en el plano de la idea. Para darle consistencia en el mundo de la forma y la materia, con los elementos de la tierra, formó una serpiente maravillosa a la que enroscó en el árbol de la vida. O sea que el árbol genético con que había establecido el Reino de los Arboles, fue completado con otro conjunto de átomos enrollados en él, pero más finamente elaborado, con partículas más pequeñas de átomos más evolucionados.
Por ello se dice que el Hombre fue creado de barro. Luz astral que es maleable porque es agua alquímica, y los elementos de la tierra que son átomos de materia densa. Y por eso se habla del Árbol de la Vida del Paraíso y de la serpiente que habita en él, pues dicha serpiente resulta ser la estructura genética del cuerpo físico, del mental y del cuerpo vital, que encierran a su vez, dentro de sí, las condiciones para que el Hombre se convierta en una Creación Mayor aún, que es el Kristos.
Con un acto de Voluntad del Logos del Mundo, el Hombre fue creado de esa mezcla perfecta de agua y tierra alquímicas, para que el YO, que había pasado por la experiencia maravillosa de ser cristal y de ser árbol, y algunos, de ser Animal, viviese ahora como Ser Humano, que significa “venido del humus”, porque de barro fue hecho. Así como fue hecho de agua y tierra alquímicas, la tierra y el agua material hicieron el caldo primigenio donde las pequeñísimas “serpientes de vida” generaron huevos primigenios. Estos huevos originaron a los primeros hombres, que eran varones unos, y hembras otros; y teniendo sexo para multiplicarse no necesitó más el Logos, del lento proceso de formación de huevos.
Así este Hombre Primigenio, al igual que los árboles y animales, fue creado en dos versiones, respetando la Ley de Generación: Macho y Hembra fueron creados, para que al juntarse dos de género opuesto, realicen la Gran Obra Alquímica Prodigiosa de Amor, llamada Filosofal porque es “a fuerza de Amor”.
De ese modo Macho y Hembra producen la más completa obra de Amor Humano, al juntar sus almas y cuerpos en puro y excelso Amor. Con ello se despierta el esquema genético dormido, la serpiente en el árbol de la vida, y la energía del Yo Divino -que la extrae a su vez del Universo Absoluto y de su experiencia- nutre al cuerpo de la Criatura Eterna, que es llamada Kristos. Es decir que forma su propio cuerpo en el Reino Natural siguiente, del mismo modo que el árbol forma su Cuerpo Humano en el plano magnético astral, para luego nacer Humano.
El ciclo de vida del Hombre Primigenio dura más de cinco mil años, pero siempre hace su obra en menos tiempo. Como todas las criaturas del Logos, el Hombre es perfecto y el destino de su Yo, es Excelso, porque va eternamente hacia estados cada vez más Gloriosos y Sublimes, por un camino de felicidad perfecta desde su mismísimo origen.
Así es en el Paraíso, donde están en perfecto equilibrio los Principios y Leyes del Absoluto, por intermedio de los Logos. Igual es en todos los mundos de la Infinita Creación, donde en los diferentes Planos Universales, cada Gran Atractor, generador de innumerables galaxias, crea según su gusto y preferencia, siempre en Perfección Absoluta para Gloria de Todos los Seres que existen dentro del Absoluto y Eterno Ser.
Si un Hombre Primigenio muere –cosa que sólo acontece por accidente muy excepcionalmente– ese YO, que ha formado en su experiencia una Mente Superior o Alma, vuelve a nacer, forma un nuevo cuerpo perfecto para hacer su normal proceso de Ascensión al Reino Krístico. Y si acaso prefiriese mantenerse gozando de ser hombre un tiempo más, puede hacerlo hasta que le llega el Gran Cansancio, en el que no puede seguir siendo hombre con ese cuerpo. En tal caso muere y debe nacer otra vez. Pero esto tampoco es lo normal, sino excepcional.
(Como se verá más adelante, la principal excepción está dada en los Guerreros de la Luz, y por motivos especiales)
Los Hombres Primigenios sienten un gran placer en el Amor hacia todas las cosas, pero el Amor entre Macho y Hembra es la máxima experiencia.
Sin embargo, tiene en su naturaleza perfecta un mecanismo que lo hace sentir muy mal cuando arroja fuera de su cuerpo el Agua de Vida en que nada la Serpiente Kundalini, porque de ella debe nutrirse para formar el Cuerpo Krístico.

[El Agua de Vida es el líquido seminal del varón o el flujo orgásmico de la mujer, que es energía espíritu densificada, y la Serpiente Kundalini es la corriente que ella forma al subir por la columna vertebral cuando no se arroja en el orgasmo. Contiene al espermatozoide que actúa como mitad de una semilla, pero éste es transmutado en Agua de Vida si no se desperdicia. En la Hembra el flujo orgásmico es también transmutado (la necesidad de orgasmo es psicológica y puede eliminarse sin dejar de gozar del sexo). Para engendrar hijos no es necesario derramar el Agua Vital. Basta uno solo de los miles de espermas que escapan sin necesidad de orgasmo. Todo esto es válido para el Hombre Primigenio como para el Hombre mortal.]

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