domingo, 30 de noviembre de 2014

Meditación y Despertar de Conciencia




Cuando en un artículo pasado hablamos de la importancia de aprender a meditar o iniciarse en la meditación, escalando niveles, nos referíamos propiamente a que era necesario preparar nuestra mente para esa anhelada conexión espiritual que finalmente se busca con esta práctica. Y esta “preparación” no es otra cosa que el entrenamiento de la mente, buscando que podamos focalizar nuestra atención, lograr el control de nuestras emociones y pensamientos, de manera que podamos posteriormente oprimir ese “botón de off” o alcanzar ese estado de “vacío” necesario para acceder a ese nuevo estado de trascendencia, donde nuestro Verdadero Ser está Presente. Se trata, entonces, de saber cuándo detener la mente, con la diaria práctica de saber detener nuestros pensamientos, emociones e incluso nuestros actos. En definitiva: Actuar cada vez de manera más consciente.
Por eso, mientras vamos poniendo en práctica los niveles de meditación, nuestra Conciencia, va mejorando al dirigirse hacia aspectos cada vez más profundos de nuestra identidad y la percepción de la realidad que nos rodea. Por ejemplo, en el primer nivel de meditación, adquirimos la conciencia de nuestro ego, como instrumento de nuestra Alma que está “detrás” dirigiéndolo. En este nivel “nos damos cuenta” de sus desvíos, de cómo nuestra Alma se encuentra en un sueño mientras que permite a su ego actuar sin rumbo a través de diferentes máscaras como un actor que se disfraza y juega a interpretar múltiples papeles, casi siempre trágicos.
A este nivel aprendemos que la atención puede ser centrada en este ego, es decir, aprendemos a que el Alma comience a enterarse de sí misma, a “ocupar la casa invadida”, y se prepare  a desalojar a los indeseables invasores. Para ello, adquirimos conciencia de nuestro cuerpo y empezamos a autopercibir nuestros demás vehículos como herramientas. “Nos damos cuenta” de que no somos nuestro cuerpo, ni nuestra energía, ni nuestras emociones, ni pensamientos, sino esa Identidad que las dirige para llevar a cabo nuestros propósitos. Tomamos también conciencia de esos “propósitos” del Alma, pero solo después, de haber comprendido cómo nuestras acciones mecanizadas han sido producto de estas falsas identidades o “yoes” del ego a las cuales hay que vencer.
Nuestra Alma, es como un Rey o Reina que reclama su reino usurpado. La primera Meditación pretende ayudar a que el ego pueda “Ver las cosas como son”, para poder entrar en la batalla de reconquistar tal Reino, que no es otro que el de la Vida misma. De esta guerra ya hemos hablado antes y no es otra que la Depuración Psicológica o Catarsis. Sin embargo la meditación psicológica, analítica, consciente o lúcida como otros la llaman, es el medio indispensable para lograr realizar ese ejercicio de discernimiento requerido, que nos permita distinguir cada uno de nuestros vehículos, cada una de nuestras máscaras, cada emoción densa que nos advierte como alarma manifestada corporalmente de que aún estamos necesitados de aquella Luz que solo nuestras Esferas Superiores del Alma pueden darnos.
Luego de “tomar conciencia” de estas realidades más próximas a nosotros, continuamos enfocando nuestra atención al siguiente nivel: el nivel de nuestra Alma purificada. Pero acceder a los tesoros del Alma es algo que requiere desenterrarlos del lodo donde están sepultados, es decir, estar en la guerra psicológica y haber ganado al menos gran parte de sus batallas. Así como es difícil ver la luz del sol entre las tinieblas de un día lleno de nubes tempestuosas, es igualmente difícil acceder al Amor, a la Verdad, a la Voluntad plena, a la Inteligencia superior, a la armoniosa Salud, a la Abundancia, a la Transmutación total y la Inmortalidad, sin haber despejado el camino de los demonios internos. Por eso la Catarsis es tan fundamental. Nadar en las aguas “límpidas” del Alma y manifestar en la vida personal su Esencia solo es posible si nos purificamos.
Sin embargo, a medida que meditamos al primer nivel y nos depuramos, podemos ir accediendo a dos de estas Esferas, la Transmutación, cuya Luz Violeta nos ayudará a diluir los Roles o demonios, y la Verdad, cuya Luz Blanca nos permitirá ver los engaños externos e internos y ver aquellos parásitos que se esconden para reconocer nuestras fallas en el proceso. Esto será ampliado más adelante, así como la práctica de la meditación psicológica. Por ahora, en términos de conciencia, es importante aclarar, que a un segundo nivel, la conciencia va más allá del “darse cuenta” y entra a un terreno más sutil, donde la mente interviene un poco menos y se le permite a nuestras energías y sentimientos a través de la Intuición, emerger progresivamente. Nos volvemos más conscientes de esa Presencia que está más allá de nuestro ego y con la cual nos identificamos plenamente. Con la meditación anterior, finalmente logramos ver de manera clara nuestra “personalidad”; pero en este segundo nivel aprendemos a ver nuestra Individualidad, como ese único Ser que Somos y utiliza los aspectos o cualidades de dicha personalidad.



Nuestra conciencia se unifica aún más y al mismo tiempo vislumbra los diferentes aspectos de lo sagrado en nosotros (Rayos de color de las Esferas Superiores del Alma). Nuestra atención comienza a enfocarse en los sentimientos más elevados que nos representan como parte del Reino Humano y de acuerdo a nuestra inclinación o herencia racial, aquellos arquetipos sagrados se hacen visibles. Es a este nivel que traemos a la mente, recuerdos de quienes somos y nuestra tarea en la vida, obtenemos información de lo que necesitamos para plasmarla, recibimos orientación espiritual y respuestas a nuestras inquietudes, se enciende nuestra maravillosa habilidad de “Crear”.
Y una vez estos dos niveles de conciencia se vuelven práctica cotidiana a través del enfoque de nuestra atención tanto en el ego-personalidad- como en nuestra Alma, entonces-y solo entonces-, somos dignos de acceder al sagrado templo interior: La conexión unificada con nuestro Yo Divino. La Chispa Divina en nosotros, Nuestro Espíritu Eterno que nos une a todas las cosas y nos vincula directamente con Dios o con la Fuente Una, se hace presente en nuestra conciencia, solo a este tercer nivel. Esos momentos de “iluminación”, que a veces son instantáneos, son solo pequeñas muestras de que estamos aún más allá de nuestra realidad temporal, de que somos una pequeña manifestación del infinito Universo.
Esta es la Consciencia Madre, la consciencia plena del Yo Soy de la que hablan los gnósticos, con la cual todo lo visible y perceptible desaparece. Pero esta Consciencia es como el Vino de Dionisio, del cual un solo sorbo puede embriagar al más descuidado de los “sedientos”. Por eso se debe llegar sin sed y más bien repletos con la gloria que alcanza el Alma al percibirse con todas sus luminosas vestiduras. Llegar acá, es el sendero del cual habla el hermoso libro “La Voz del Silencio”, memorizado y traducido por la maestra H.P. Blavastky, el cual recomiendo leer y cuya comprensión se va haciendo clara cuando la conciencia se eleva.
Para finalizar dejo este cuadro síntesis donde expongo también la relación de cada nivel de meditación con el Principio Trino Universal más predominante en cada proceso, de los cuales también se ampliará en próximos artículos.


NIVEL DE MEDITACIÓN
PRINCIPIO AFIN
FINALIDAD
ATENCIÓN CENTRADA EN:
Meditación Psicológica
Inteligencia
Ver y Verse.
Mayor comprensión de la realidad personal e inmediata.
Manejo de la atención básica y desarrollo de la concentración.
Vencer la dispersión y las fijaciones.
1.El cuerpo físico
2.El espacio que nos rodea, la naturaleza
3. Un foco u objeto externo
4.Un objeto imaginario y/o un color
5. Una acción, actitud (rol o parásito) o procesos internos y externos
Meditación Conectiva
Voluntad
Canalizar las Esferas Superiores del Alma
Manifestar la Luz del Alma en las acciones cotidianas
Interiorizar y exteriorizar el mensaje de los Arquetipos
1. El Rayo Color de cada Esfera, de manera pausada y progresiva.
2.Polarizar las emociones en sentimientos y elevar la vibración áurica
3. Runas o símbolos /Decretos o Conceptos del Yo Superior
Meditación Trascendental
Amor
Unificarse con la Fuente y el Todo
El Ser


Ver también los artículos de "Psicología Trascendental"

Una Psicología que si llega al Alma
Falsa Espiritualidad ¿Evadimos nuestra Realidad?
¿Sabemos orar?
¿Meditación o "desconexión"?

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