viernes, 5 de diciembre de 2014

Canalización: El Ritual (Parte 1)

Sesión realizada en el 2010




Canalizador: Denyse
Interlocutor: Daniel

Interlocutor: Un consultante pregunta qué sentido tiene hacer un Ritual de Consagración. Se basa en una explicación que dice: “La consagración, es como un bautismo; ¿para qué utiliza la iglesia este bautismo? Para decir a una persona “Yo te consagro a Dios”. Es una afirmación ante Dios, ante la Luz, de que ‘estoy de este lado y no del otro’, por lo tanto implica una responsabilidad, es un pacto. Cuando te consagras adquieres el compromiso de `actuar para el bien’, y después tienes que actuar conforme a eso”
Entonces dice el consultante: “Acá hablan de un momento determinado para hacer la consagración, ¿pero una persona no se consagra diciendo esto mismo mentalmente?”... y sigue diciendo: “Yo mismo varias veces le he dicho a Dios: `Padre, estoy tratando de hacer cosas buenas, y para el bien de los demás, cuidame, mostrame el camino`. Esto sería una consagración o ¿se refieren a hacerlo con un ritual?. Leí –dice- todo el texto y comentaban que el agua bendita tiene cierto poder energético. Me cuesta mucho creer que las cosas materiales tengan un determinado poder que se coloca de golpe, por ejemplo el agua bendita. Sí creo que el agua tiene su propia vibración y energía, pero que las personas le den energía para que tenga un pequeño poder, es algo que me cuesta creerlo“–dice-.
“Al igual me sucede con los rituales; verdaderamente no les encuentro comprensión; justamente como sucede con los sacerdotes; tengo un amigo del alma que es sacerdote y suele ayudarme para con los chicos, sus misas son muy lindas y sencillas, siento que trata de sacarle tanto ritual, y eso provoca ser más ameno y estar cerca de Dios. No trato de decir que esté mal lo que leí,  sólo les trasmito mi punto de vista –dice-. ¿Podrían aclarar algo más o menos?”
Denyse: Entiendo perfectamente la inquietud de J. L.; es como sentir de alguna manera que no hay una autoridad directa que venga de Dios para que se pueda tener esa capacidad de consagrar, o de que uno tenga un poder especial para transmitir esa energía, a un objeto –como en este caso el agua-, y que el contacto con este objeto entonces pueda hacer “milagros”.
Entiendo que estamos en un momento donde la humanidad intenta racionalizar y comprender ciertos procesos que anteriormente se guardaban como misterios. Con esto estoy diciendo que hay realidades que, aunque no las creamos, existen, pero yendo al punto de la consagración como ritual, y de lo que se menciona del agua bendita, son para nosotros condiciones reales. Si bien la consagración en sí,  es una toma de conciencia personal en la que el individuo se encomienda él mismo hacia la Luz, hacia ese lado positivo, como se mencionó en el escrito, el cómo se realiza esta consagración es donde se puede marcar una cierta diferencia; porque una persona corriente puede decir ‘sí, yo estoy a favor de la Luz, yo me consagro a ti Señor, o Padre, o Dios’, como quieras llamarlo, pero desafortunadamente hay algo que la humanidad ha ido olvidando a lo largo del tiempo, y es el sentido del ritual.
El ritual, contrario a lo que se conocía en las visiones tradicionales de la psicología - porque ya la psicología más reciente está ahondando un poco más, sobre todo a partir de Jung, - tiene un sentido profundo y simbólico. Por eso, antes de que se recuperara este sentido, todo lo relacionado al ritual se creía que era algo innecesario, que era traído de costumbres supersticiosas que no tenían ningún valor ni efecto.
Poco a poco, al irse revalorizando el simbolismo de todos los actos humanos y en especial de las ceremonias que en la antigüedad se practicaban, se empezó a ver que el ritual tiene una función muy importante y esa función está relacionada con la conexión de nuestra mente consciente con nuestro inconsciente, con esa parte de la mente que se encuentra “velada” por nuestros roles, y que es la que conserva aquellos recuerdos “olvidados” de vivencias, no solamente pasadas, sino también de situaciones traumáticas, o también de conocimientos que hemos adquirido pero que no han salido a la luz de esa conciencia; es decir, aprendizajes que no han pasado por el terreno del análisis.
Para algunos puede ser difícil de comprender esto, pero creo que una persona estudiosa de la psicología, puede entender lo que quiero transmitir. Por eso los invito a que traten de leer algo  sobre los rituales, pues es bastante interesante ver cómo ciertas imágenes, ciertos símbolos, ciertos movimientos, ciertos actos que se repiten con cierta cotidianidad, generando un hábito, pueden hablarnos a nuestro inconsciente, o puede sacar de ahí esa información que nos hace conectar con nuestra alma, con nuestro Yo Superior, ayudándonos a recordar conocimientos de esa antigua sabiduría que todos, como seres humanos, traemos.



Cuando Jung habla del inconsciente colectivo también incluye en él ese tesoro de conocimientos, esa sabiduría que como humanidad guardamos todos a través de conceptos atemporales como el bien, la belleza, el amor, la justicia, y estos valores colectivos se expresan a través de diversas formas que llamamos símbolos o imágenes. Cuando nosotros vemos una cruz, una estrella, una paloma, una rosa, etc., tenemos una determinada actitud en señal de que algo dentro nuestro se ha movilizado, porque a nivel cultural se han usado para transmitir determinadas ideas.
Entonces cuando un ser humano realiza un ritual, y utiliza ciertos elementos…
Interlocutor: Es importante explicar porque se usan determinados elementos, porque la gente pregunta: ¿para qué usar una estatua?, por ejemplo cuando se trabaja con La Voluntad (Rayo Azul) y se tiene una representación del Arcángel San Miguel…¿Por qué no podría ser sin ningún elemento?
Denyse: Cada elemento simbólico siempre está regido por un Principio clave, o con una ley como las expresadas en el Kybalión como por ejemplo el de la correspondencia. Este principio que dice que ‘como es arriba es abajo’, y también ‘lo que está adentro está afuera’, o sea: todo lo que está en lo pequeño está en lo grande, lo que está en la parte está en el todo…también en sí misma explica la relación entre cualquier elemento simbólico con conceptos abstractos.
Esta ley nos da la clave para comprender que hay unos símbolos que son universales, y hay diferentes tipos de símbolos que corresponden, a realidades superiores que difícilmente podemos comprender de manera racional, y como es difícil comprenderlos racionalmente los podemos asimilar de manera inconsciente. Es nuestro inconsciente el que va a recibir la información, y el que va a proyectar finalmente ese poder interno, esa fuerza psíquica que todos poseemos de manera natural, y que nos va a permitir la creación, cambio o realización de nuestras vidas.
Este es uno de los principios básicos de la magia ritual, por eso la magia ritual tiene un efecto real más allá de los conceptos nuevos que se han encargado de difamar esta práctica. Si no desean llamarle ‘magia’ se puede llamar de otra manera… el hecho es que las energías y sus correspondencias simbólicas existen; este es el lenguaje simbólico a través del cual nosotros nos comunicamos, o nos conectamos –que sería la mejor manera de decirlo-, con esas energías superiores.
Poco a poco, tal vez, el hombre vaya necesitando menos símbolos, y vaya racionalizando cada vez más cosas de manera que no necesite esa comunicación indirecta, pero mientras un hombre no llegue a tener una capacidad de canalizar directamente a su Alma, puede recurrir a los símbolos con los cuales su inconsciente lo ponga en contacto, sin tener que pasar por la racionalización de ese acto ritual.
Entonces todo ritual que se realice tiene como finalidad activar ese potencial interior, y mientras las personas no puedan hacerlo de manera consciente, conectándose con esas fuerzas superiores que le ayudan a transmutar su vida, es difícil que encuentren otro medio que no sea a través del ritual.



El ritual es mucho más que los trabajos que comúnmente se conocen como “magia”, sobretodo lo que nos venden frecuentemente en internet; mucho de esto es pseudo-esoterismo y las mentes se confunden entre tantas ofertas de querer cambiar mágicamente su vida; hay que tener cuidado con esto. El ritual es todo aquello que nosotros hacemos poniendo nuestra conciencia y nuestra atención, y utilizando elementos simbólicos que nos conecten con algo superior; eso es un ritual.
O sea que si tú, en las noches te vas a acostar, rezas un Padrenuestro, o haces otra oración a los “ángeles” y miras una determinada imagen, adoptas una determinada postura, o un movimiento simbólico, poniendo toda tu intensión en ello, estás realizando un ritual…
Interlocutor: Pero hay rituales débiles, entonces.
Denyse: … Si tú enciendes una vela cargada de intensión y haces una petición,  o haces una meditación dirigida, con una música especial, y es algo que se te convierte en una disciplina diaria –sin que se convierta en rutina-, eso se ha vuelto tu ritual. Si das gracias a Dios, o a la vida, por los alimentos que recibes diariamente, y eso es algo que se convierte en un hábito de conexión para ti, eso es un ritual. Si te bañas diariamente y utilizas esencias para hacerlo, y sientes que te limpias energéticamente, eso es otro ritual. En oriente se enseñaba que los rituales eran aquellos actos que se hacían con conciencia plena y con la intensión de buscar una conexión con el mundo espiritual.
Ahora, si se vuelve un hábito común, tanto que pierdes la conciencia del acto, entonces ya dejó de ser ritual y se convierte en costumbre, y la costumbre mata al ritual.

Interlocutor: Bueno, continuamos luego.

Segunda parte de esta canalización en la etiqueta "Magia Blanca"

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