jueves, 20 de noviembre de 2014

¿Meditación o "desconexión" ?

Alcanza la Trascendencia por niveles



La Meditación ha sido vista en el pensamiento popular como un medio para alcanzar un cierto “grado” de espiritualidad, que de otra manera, bajo la presión diaria de una rutina cargada de distracciones y responsabilidades inmediatas, parece “imposible” de lograr. Las personas se han familiarizado con este término y en ocasiones practican “meditación” cuando requieren de un espacio para sí mismas, un “oasis” en medio del desierto fatigante de la cotidianidad.
Sin embargo esta visión de la “meditación” es algo diferente a nuestra percepción de la misma. Esto se debe en primer lugar a que la “meditación” que nos vende el comercio pseudoesoterista o la New Age, como desvirtuación de las prácticas orientales, no contempla el hecho de que en realidad , el volverse “espiritual” no se trata de hacer a un lado el mundo del día  a día con sus tropiezos y aciertos para sumergirse en un mundo místico donde se anhela la aparentemente lejana conexión con un Dios o una Fuerza sobrenatural , sino de aprender el arte de ver la realidad diaria desde una óptica más clara, comprendiendo desde el interior y con suma atención nuestros procesos  -pensamientos , emociones, actitudes - y siendo conscientes de ellos para encausarlos hacia finalidades más acordes a la evolución humana.
Y en segundo lugar, si bien, la meditación trascendental, que es la más conocida, busca que las personas salgan de su superficialidad para profundizar en su esencia más luminosa, estimulando la conexión con ese Todo, en un ejercicio que permite detener la mente - obstáculo para dicho fin-, las personas no tendrían que usar esta herramienta de manera desprevenida, o por moda espiritualista para sentirse con mejor “vibra” o para escapar de sus conflictos diarios, creyendo que con esta práctica, sin ninguna preparación previa, lograrán estados mayores de conciencia.
De hecho, existe un riesgo bastante elevado de “desconexión” espiritual, cuando la meditación se realiza en estos términos y sin tener claridad sobre su verdadero propósito. Desafortunadamente, quienes están detrás del engaño colectivo a nivel de las corrientes religiosas y espirituales, tienden a desvirtuar la meditación o también a hacer justamente lo contrario: colocarla por encima de otras prácticas igualmente importantes para el despertar de conciencia, centrando en ella toda posibilidad de transformación humana, como si el solo hecho de meditar ya hiciera por nosotros el arduo trabajo de integrar nuestra psique.
Uno de los problemas que surge con la Meditación Trascendental justamente, es que la desconexión con la realidad, cuando se emplea para generar esta “división” o aislamiento de paz del cual muchos están sedientos, al mismo tiempo genera una dependencia hacia lo desconocido como vía de acceso a un dios invisible o a una realidad que nos parece mejor que la vivida. Ciertamente cuando la persona se sumerge en ese océano de “paz” que brinda la meditación de este nivel, no logra atraer a tierra firme esa paz y esa luz, sino que se desprende de sus raíces para estar cada vez más lejos, “volar más alto” y con ello saturarse el alma de anhelos de perfección que solo hinchan más nuestros roles del ego. Porque la Luz solo nutre al Alma cuando ella está purificada, de la misma manera que el agua limpia al desnudo. Lo contrario sería como sumergirse en aguas limpias con la ropa puesta y llena de lodo, para salir arrastrando luego el lodo por todas partes por donde andemos, manchando todo, mojando todo, con el autoengaño del que cree ser mejor por ello. Un absurdo acto de vanidad.
No pretendo despreciar este hermoso arte, sino colocarlo en el lugar que merece para que, quienes deseemos ponerlo en práctica, no lo mancillemos con nuestras bajezas, ni demos fuerza a la maleza interior de ese jardín mal cuidado de nuestras emociones, sino que seamos coherentes y alcancemos por niveles una preparación adecuada de conectarnos con nuestro sagrado Ser. Por eso antes de abocarnos a meditar con el propósito de “Conectarnos con lo Uno y ser Uno con el Todo”, nosotros proponemos que tengamos presente esas otras “meditaciones” que pasan desapercibidas por ser más accesibles y cotidianas, pero no menos importantes, en este camino de recuperar nuestra Dignidad espiritual.



¿Otras meditaciones? ¡Si!! Pocos nos hablan de ellas y muchos no ven en ellas meditación alguna, pero son formas de meditar que, a nuestra manera de ver, debieran ser las primeras en realizarse, para garantizar un proceso adecuado y respetuoso hacia esta Meditación Trascendental, sin el riesgo de caer en la apatía, en la soberbia espiritual, o falsos roles de “maestría”.
Es posible que no nos dijeran que el solo hecho de aprender a focalizar nuestra mente para deshacer el mal hábito de la dispersión o de la fijación obsesiva, es parte de la primera forma de Meditación que todos debemos conocer y practicar: La Meditación psicológica o Racional. No podemos acceder a ese estado de calma sin aprender el arte de dominar nuestra atención. Por otro lado esta herramienta resulta vital para realizar el proceso de Catarsis o Depuración que nuestra Alma necesita para acceder a otros niveles de meditación, como la Meditación Transpersonal o Conectiva.
En este “segundo nivel”, es requisito estar trabajando la Catarsis, y mejor si ya hemos detenido y confrontado a una buena legión de demonios internos. Así será más fructífero el poder conectarse con la parte más luminosa de nuestra Alma: Las Esferas de Conciencia como final de este proceso. (Ver Mapa Psicoespiritual en “Psicología Trascendental” y Glosario de términos)
Y finalmente, al llegar a la práctica de la Meditación Trascendental o Iluminativa, sin abandonar las anteriores, se llega a una experiencia enriquecedora, donde el contacto con el Espíritu que nos habita se vuelve real, no viciado de la artificialidad forzada de quien anhela ser mejor, sino la plena naturalidad de quien ya sabe Quién es, se ha visto, y por ello accede a su Divina Presencia con profundo Amor y Gozo. Ya ha andado el sendero del silencio interior, se ha entrenado en la autoobservación y el autodominio, y por lo tanto, ya es digno de entrar en su propio templo interior.
Estas tres formas de Meditación las ampliaremos en futuros artículos para que puedan servir de guía y herramienta básica en los procesos de Integración Psicológica que proponemos.

Si deseas un seguimiento personalizado de este proceso, de tu depuración psicológica y otras herramientas para la integración puedes leer también Terapia de Orientación Psicoespiritual en “Asesorías”


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.