A todos: Si la raza
humana es el resultado de una manipulación de Jehová, ¿qué le podemos achacar en verdad si somos nosotros, como
espíritus, los que hemos encarnado en estos cuerpos manipulados? Con justeza
Jehová podría decirnos: ¡Yo no los llamé, vinieron ustedes solos, ahora
aguantenselas!
Sería algo similar a
que nos enroláramos en el Ejército, no ignorando de lo dura que es la
disciplina militar, y luego nos quejáramos de esa dura disciplina.
¿Habrá alguna
respuesta para esta consulta?
Lo que ocurre es que
constantemente todo lo que sucede tiene una explicación dual ("todo es y
no es al mismo tiempo"). Por ejemplo, combatimos el aberrante sacrificio
de niños en la Masonería, por mencionar un caso extremo, y por el otro sabemos
que no es gratuito para ese espíritu encarnado que sea víctima de tal
sacrificio. O sea que para ese espíritu encarnado es "bueno" que lo
sacrifiquen. El ejemplo que yo siempre pongo de esa dualidad es el parto, que
desde un punto de vista es un acto glorioso en cuanto da vida a un nuevo ser y
por el otro un acto doloroso para la madre (y a veces muy, pero muy doloroso).
Horacio
Hola Horacio:
Tu dualidad espiritual es comprensible, dado que parece
justo a la luz del karma que un Espíritu viva una experiencia negativa como
consecuencia de sus propios actos erróneos. Pero en este mundo los actos de un
espíritu humano son en su mayoría inconscientes, producto de una desviación
cada vez más progresiva de nuestra naturaleza y cuyo detonante fue el Demiurgo.
Por lo tanto todo karma negativo es compartido con este demiurgo y no recae
exclusivamente, en un 100% sobre la humanidad mortal. Por eso esa expresión de
Jehová de que es "nuestra elección" es parte de la actitud
irresponsable de un ser maléfico que comenzó generándonos el mal, desde que
cambió el orden natural de los soportes biológicos vegetal y animal, de donde
evolucionamos como humanos mortales. Las almas que somos, hemos
"elegido" de manera condicionada y limitada debido a que desde el
comienzo él creo esta imperfección. El Logos planetario creador, a través de
sus leyes, de las Almas de los seres, no podía dejar el bache de soportes
biológicos sin esencias que los animaran y desde allí comenzó todo. Los que
estamos ahora bajo la forma humana mortal somos esas viejas almas que hemos
"evolucionado" de manera distorsionada y dadas nuestras
características seguimos atados a esta cadena, con la diferencia de que nuestra
conciencia como humanos si está más adecuada a la enseñanza liberadora, dada
por nuestros hermanos Primigéneos en múltiples oportunidades. Por otra parte la
culpa del demiurgo, no solo es por crear receptáculos imperfectos, sino en
especial por evadir e impedir el derecho natural de todo ser viviente de
perfección e inmortalidad. Todo el engaño, el ocultamiento de la verdad de lo
que somos y nuestro origen, la manipulación y el desgaste psicológico logrado
hasta hoy se deben a él en primer lugar y en segundo a sus hijos ciegos y
demoníacos. Nuestra culpa, o mejor, irresponsabilidad es el no despertar y seguir en el engaño
(incluso el de pensar que toda culpa recae sobre nosotros, el famosos pecado
original que nos hace unos “don nadie” frente a un falso dios) o peor aún seguir
sus distorsionados propósitos.
Esta reflexión tuya me hiso recordar un texto que leí hace
un par de días del libro "Alcanzando la inmortalidad" donde se
refieren a una conversación entre Odin (Regente primordial) con Loki o Jehová,
donde este último quería evadir su responsabilidad de haber manipulado la
genética y "crearnos" como seres imperfectos. Te lo adjunto:
"Dejaremos esa cuestión por ahora, para pasar a la Saga
XXIII de La Edda, en el título Odilkartengör, que el Lector puede perfectamente
comparar al Salmo 82, que en las modernas Biblias está -como casi todo el
Libro- mutilado. Sin embargo no es muy difícil encontrar este párrafo bastante
más completo en algunos ejemplares de los siglos XVIII y XIX:
Odilkartengör
Odin está en la
reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga a Loky que fue llamado
Yahvé o el inquieto, y ahora será llamado Geováh, o el Expulsado de la Tierra.
“¿Hasta cuándo
juzgaréis injustamente y aceptaréis que las personalidades de los impíos se
impongan sobre los hombres que buscan su herencia natural? Volved a vuestro
Reino y defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al hambriento.
Enseñad al ignorante y llevadle por el camino de la Vida Eterna para que todos
los mortales sean redimidos.
Librad al sufriente y
al que nada tiene; Libradlo de mano de los impíos, enseñadle a caminar por sus
propios pies para volver purificado en espíritu al Walhalla. Muchos hallarán en
el camino, la Gloria de la Vida Eterna. Y ellos serán a vuestro favor para redimirte,
y se te podrá perdonar por la creación del pecado.”
Y el dios de este
mundo respondió: “¿Cómo he de enseñarles lo que no quieren aprender?. Ellos
buscan el consuelo y la satisfacción, tienen miedo de sus sombras y son más los
que me aborrecen que los que me adoran.”
Odin se levantó de su
trono y respondió rugiendo, y su voz estremeció a los dioses: “No saben, no
entienden, andan en las tinieblas del espíritu por causa tuya; Tiemblan todos
los cimientos de la tierra, porque no volverá a ser Mundo el Mundo mientras los
hombres mortales no sean dioses nuevamente y moren a mi alrededor. ¿Por qué no
les habéis enseñado el Camino de la Gloria Eterna? ¿No veis que están como animales,
vagando sin rumbo con los pies y con el espíritu?”
Dijo entonces el Señor
Geováh: “Yo les dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del
Altísimo; pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes
caeréis.
Levántate, oh Rey de
Dioses, juzga tú mismo a los mortales; porque tú heredarás todas las naciones.”
La vara de Odin fue
agitada en señal de discordia: ”¿Y por qué pretendéis Señor Geováh, que juzgue
yo sobre tu Reino?. Rendiréis cuenta ante Mi en el día del último juicio, pero mientras
tanto, haced tu potestad entre los mortales. Ellos son tus hijos, ellos son tus
esclavos. Liberadlos y seréis liberado, redimidlos y seréis redimido,
devolvedles la inmortalidad y seréis aceptado nuevamente en el Walhalla.”
Es evidente que el orgullo de Loki desde hace millones de años es mucho más grande que
cualquier reconocimiento de su error. Por eso la humanidad mortal está como
está y sabemos que su fiebre de control no cederá. Sin embargo el
condicionamiento espiritual en la que nos encontramos no nos escusa de un
regalo inherente de toda alma: el libre albedrío, gracias al cual podemos
liberarnos recordando nuestra dignidad espiritual. En la medida que luchemos a
favor de la liberación de esta esclavitud psicológica y degradación genética, y
busquemos la verdadera trascendencia para acercarnos a la "vida
eterna", natural y merecida de todo humano, entonces estaremos en camino
de vencer los estragos de este otro "humano", más desviado y
retorcido que el conjunto de la humanidad actual.
En cuanto a lo que dices de por un lado denunciar los
sacrificios de la Masonería y por el otro lado asimilar que los padecientes de
tales actos tengan su karma negativo, si bien parece una dualidad
irreconciliable, debe verse a la luz de que el karma como ley en su estado más
puro se aplica acá de la manera más densa y no bajo su perfección luminosa que
sería la generación del bien como consecuencia del bien esencial de los seres.
En este mundo la ley debe seguirse aplicando por ser universal, pero la forma
en que se expresa no es culpa de la ley misma, sino de las condiciones de los
seres que la aplican o la viven. Causa-efecto cuando la causa está desviada de
su naturaleza genera malos efectos. Un ser que pasa por dolores incomprensibles
se encuentra dentro de la misma rueda de causas y consecuencias generadas
dentro de ese mundo de maldad inconscientemente elegida. Los mismos que un día
sacrificaron en el pasado, son sacrificados hoy y cualquier acto abominable se
repite de manera cíclica durante miles de años, a menos que el sacrificado,
detenga la rueda de la ley, por conciencia tomada a través de este dolor
experimentado.
No es para nada incompatible ni excluyente que mientras
pretendamos desenmascarar estas aberraciones y comprender las causas profundas
que los mueven, a la vez se promueva la aceptación del karma como ley cuya
finalidad es el avance evolutivo, incluso en circunstancias donde el dolor se
ha elegido como la manera de recordar que se está en el camino equivocado -lo
cual no significa que sea "bueno" que pase por ello, sino que es un
resultado de las acciones que simplemente debe ser asumido- Ambas cosas son explicables,
y una va unida a la otra sin que sean opuestas en realidad. Es una simple
lectura amplia de la realidad que debemos asumir con conciencia.
Un abrazo para ti.
Nota: El dolor del parto es uno de esos baches de la
imperfección genética con que las mujeres lidiamos en este estado de humanidad
mortal. Recuerda la maldición de Jehová en el Génesis: “Con dolor darás a luz a
tus hijos…” Por lo tanto, no es natural ni parte de la naturaleza amorosa
divina. Por eso existe esta dualidad que solo es superada con un aumento
superior del amor al hijo con respecto a la experiencia dolorosa. Ese es el
esfuerzo que el humano mortal debe tener, si pretende superar la trabas de su
propia imperfección, una amor doblemente grande que haga pequeño lo más
terrible.
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