domingo, 5 de octubre de 2014

Origen de Jehová y los humanos mortales

por Horacio Velmont


Hemos mencionado en otros artículos el libro La Biblia III, cuya primera parte es muy reveladora porque habla de la procedencia de Jehová y de Jesús, cuyas historias son totalmente opuestas a pesar de ser hermanos, no biológicos, claro está, sino de raza.
Jehová y Jesús provienen de la civilización que se encuentra en el interior de nuestro planeta, conocida como Agartha, siendo Shamballa una de sus ciudades.
La teoría de la Tierra hueca es muy debatida, pero sin embargo se trata de un conocimiento muy antiguo y solo la rechazan los científicos que están en complicidad con la llamada “Ciencia Oficial”, que solo les dice al pueblo lo que a ellos le conviene. Cuando más ignorante de la verdad sea el pueblo, más fácilmente se lo puede manipular.
En la Tierra hueca se encuentra el famoso Jardín del Edén, que no está en la superficie ni en un cielo mítico porque es un Paraíso terrenal, que incluso se halla bastante cerca de nosotros.
Recuerdo en este momento que el famoso George Adamski, que según dijera fue entrevistado por venusinos que lo llevaron hasta la Luna, donde vio hermosas vegetaciones, variedades de animales, lagos y ríos, en realidad fue llevado por intraterrestres a la Tierra hueca. En este momento ignoro si Adamski sabía la verdad y mintió para mantener el secreto o fue engañado por las dudas.
La Tierra hueca está habitada por Humanos Primordiales, verdaderos dioses si se los compara con los seres humanos de la superficie porque son inmortales, en el sentido de que su organismo no se deteriora. Ya puede imaginarse cuánto tiempo puede vivir alguien cuyo organismo no se deteriora.
Esto no significa que sean verdaderamente inmortales porque siempre llega el momento de pasar al nivel siguiente. Ese nivel es el Reino Crístico, al que se puede acceder natural o automáticamente cuando el espíritu está pronto o por una decisión voluntaria.
En mi opinión lo que sucede es que puede resultar aburrido vivir miles de años encarnado, siendo inevitable que el espíritu termine por anhelar algo más. Ese algo más es la Ascensión mediante la cual se pasa al mencionado Reino Crístico.
Jehová, antes de ser expulsado, vivía en la Tierra hueca, de la que era originario como Jesús, y a pesar de ser casi un dios fue presa de un tremendo ego y quiso ser adorado.
A tal punto llegó su locura que para ello creó a Adán y más tarde a su compañera, Eva. En realidad no fue un acto de creación, algo que solo lo puede hacer el Dios Absoluto, sino mediante el sistema que ahora conocemos como “clonación”. Adán y Eva, por lo tanto, fueron clones de Jehová: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.
Pero estos clones no cumplieron el propósito que tenía pensado este dios al crearlos, y por eso decidió deshacerse de ellos. Cuando la Biblia habla de que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, en realidad fueron sacados en una nave espacial de la Tierra hueca a través de una de las aberturas polares y llevados a la superficie. Una vez allí comenzaron a reproducirse.
Desde ya que Jehová no solamente clonó a Adam y Eva, sino a muchos otros, incluso haciendo horripilantes experimentos que dieron como resultado seres monstruosos. Esto originó que los otros dioses lo expulsaran a su vez del Paraíso.



Cuando Jesús hablaba de que el hombre debe recuperar el Jardín del Edén, se refería precisamente a la Tierra hueca, que en el plano físico es nuestro verdadero hogar.

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