miércoles, 8 de octubre de 2014

Mensaje canalizado sobre el libre albedrío



Tomado de una Sesión realizada en el 2010
Canalizadora: Denyse Gómez
Entidad: Chris, guía espiritual

Cuando se hace referencia a que, hasta cierto punto, el ser humano se encuentra actuando de manera inconsciente, y que su vida ha perdido su libre albedrío, sería mejor decir que posee un libre albedrío dormido y limitado. Para hacerlo más gráfico, lo que más se aproxima a eso, es que comparemos esa libertad a la que tiene un ser cuando está en proceso de crecimiento, digamos un niño; hay que intentar comparar la humanidad con un niño, estoy hablando de la humanidad terrestre, porque obviamente si nos salimos del parámetro de otras especies, de otros reinos, de otros mundos, de otros sistemas, no sería este el caso, o sería una etapa evolutiva diferente donde el Libre Albedrío nos podría sonar más utópico, pero al mismo tiempo es más real.
¿Por qué hablo de utopía? porque si nosotros miramos esta humanidad como un niño en desarrollo, es fácil darse cuenta que el Libre Albedrío tal como se describe no se puede llevar a cabo, o practicar, o ser conscientes de lo que eso significa en su plenitud, porque el ser humano en esta parte del mundo tiene un Libre Albedrío que de todas maneras sigue estando condicionado y limitado.
Para ser más claro, un niño cuando recién nace o cuando está en sus primeros años de vida tiene un libre albedrío pero también está condicionado. Un niño en sus primeros años es un ser totalmente indefenso dentro de un ambiente agreste, con muy poca consciencia de lo que sucede alrededor, muy poca capacidad de autoconsciencia, de autocuidado, de responsabilidad; su amor es una forma infantil limitado al rango del deseo y la supervivencia; entonces si lo comparamos con el estado actual de los humanos mortales ocurre algo similar; de alguna manera tenemos que tener ciertos límites o leyes porque de lo contrario nosotros mismos podríamos lastimarnos, hacernos daño, y esos límites, en el caso del niño serían delimitados por un padre y una madre que están en permanente vigilancia, custodia, enseñanza, educación, formación. Trasladando el ejemplo a la humanidad podemos ver esos límites o leyes como planos o guías superiores en donde existen seres (Hermanos mayores o Humanos Primigenios), y más que seres, entidades, fuerzas, energías superiores que conducen, y conocen también, el funcionamiento de la naturaleza del universo.
Hay fuerzas que la mayoría de seres humanos ignoramos que ocurren, interpenetran, y están en total y permanente funcionamiento alrededor de nuestras vidas, de nuestros rangos de existencia que son, por ahora, limitados, son cortos y al parecer pequeños, pero eso se debe a nuestra corta visión, a nuestra poca conciencia, a nuestro estado de adormilamiento espiritual.
Con el tiempo, en la medida que ese “niño” humanidad va tomando conciencia y se va volviendo autónomo, y cada humano va encontrando dentro de sí mismo a Dios, va entrando en contacto con su ser real, su ser espiritual; va dándose cuenta de que no es diferente a esos “padres” guías, que están dentro de toda esta red, de este sistema de vida, que funciona de manera armónica en el universo, empieza a entender el sentido de la vida, empieza a entender una gran cantidad de cosas que hacen que finalmente se haga responsable y que su nivel de amor aumente hasta que el Libre Albedrío se vuelve una realidad.
Cuando digo que se vuelve realidad es que habría que empezar definiendo lo que significa la frase “Libre Albedrío”… me gusta más llamarlo Voluntad Real, la posibilidad de cada ser existente en el universo de poder actuar, en coherencia con su conciencia y su conocimiento. Y esa voluntad solamente puede irse fortaleciendo y despertando con el tiempo de manera más real, en la medida en que el ser en sí mismo toma conciencia de quién es, sabe que es un espíritu que puede tener la libertad de elegir y de construir su propio camino de vida, su propio camino espiritual, de demarcar cada una de sus experiencias.
Entonces imagínate, hablando desde el punto de vista casi utópico, ideal, de lo que eso significa, y mirando el trasfondo lo que la humanidad ha conseguido para llegar a ese estado, estamos atrás en esa escala evolutiva, porque de poderse aplicar de una manera más autónoma, real, consciente, lo que llaman Libre Albedrío, el ser humano sería capaz de construir en vez de destruir, de volver a empezar, de cambiar el mundo que actualmente tiene, de no ceder a la manipulación, de no ceder al lavado cerebral, al condicionamiento mental y emocional al que la humanidad está actualmente enfrentada.
Por eso es difícil visualizar una humanidad con un Libre Albedrío consciente, porque realmente podría decirse, viendo nuestra realidad, que la mayoría de los seres humanos estamos en un estado de esclavitud frente, no a terceros solamente, sino lo más importante, frente a nuestros propios impulsos básicos inferiores, nuestros deseos más superfluos, nuestros miedos, las emociones más densas, nuestras necesidades creadas. Y en nombre de esas necesidades actuamos, a veces de manera mecánica, instintiva, reactiva, y una gran cantidad de formas de acción que no tienen, o que están alejadas realmente, de lo que es la acción consciente y libre, porque la libertad, la verdadera Libertad, tiene un componente muy importante que del cual muchísimos de nosotros carecemos, y es el Amor Verdadero. No puede haber libertad sin la vivencia del Amor. Cuando nos amamos, inmediatamente sentimos que muchas necesidades se desvanecen, porque comprendemos que todo está dentro nuestro, y ese es el estado real de libertad, de sentir que no estamos atados a nada o a nadie, pero que al mismo tiempo estamos hermosamente unidos a todo. Es algo difícil de asimilar para quien no ha tenido por lo menos momentos, o pequeños destellos de eso que ahora llaman Percepción Unitaria, pero que antiguamente era el estado de éxtasis espiritual, que también algunos perciben a través de la Meditación, pero que muy pocos realmente alcanzan. Son pocos, los seres que han podido acercarse un poco a lo que puede significar la palabra “estar en unidad con todo”.
Y solamente en ese estado, que otorga paz, que otorga un inmenso amor que nace en la comprensión de que todo finalmente tiene un sentido, una finalidad, de que estamos unidos a todo, y que nosotros somos los principales generadores de las condiciones que nos rodean hacia afuera, esa percepción, esa comprensión, es lo único que nos da libertad real, que nos hace sentir que realmente somos autores, partícipes, de un macro-proyecto evolutivo; que no somos menos que la hormiga ni la piedra, ni más que aquellos que nos han guiado, ni menos tampoco que ellos. Somos una inmensa y hermosa familia con libertad galáctica como quieran llamarla, de seres que estamos en constante movimiento, dándole vida a la vida, palpitando al ritmo individual pero cada uno como una pequeña célula que hace parte del entorno.
Esto te permite darte cuenta que para poder actuar con conciencia, para poder actuar libremente, elegir, tendrías que estar antes liberado, desapegado, tranquilo, en paz, con respecto a todas estas cosas que nos angustian, que solo son el alimento del temor. Entonces fíjate que es difícil hablar del Libre Albedrío en esos términos.
Sin embargo, un niño pequeño siempre va tener la elección de sentir lo que quiera sentir, de pensar, cuando tenga capacidad de ser más analítico, lo que quiera pensar; y es un derecho que va a tener y es su rango de albedrío que podrá aplicar. Lo que sí no va a poder elegir muchas veces es su ropa, su comida, su educación y otro montón de cosas, y no por eso vamos a decir que no tiene Libre Albedrío; ¿se entiende lo que quiero decir?

Por eso tenemos que decirlo de manera clara: debemos hablar de Libre Albedrío siempre condicionado bajo un estado evolutivo específico, y nosotros tenemos una libertad que nos vamos ganando con el tiempo, a medida que somos más “grandes” espiritualmente.

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