Sobre los celos existen diversas creencias con las que se
suele justificar su existencia asociándolos generalmente al afecto. Se suele
decir, por ejemplo que “quien no cela no ama” o que si nuestra pareja no nos
cela puede ser un signo de desamor. Sin embargo nada más lejos de la realidad,
en especial, si se tiene claridad acerca de lo que el Amor, como Principio
Universal y como sentimiento elevado del ser humano representa.
El celo es una emoción densa, en cuanto no es afín a la Paz
y Plenitud que el sentimiento de Amor Real debe brindar al Ser humano, sino,
por el contrario, es generador de discordia, intranquilidad y desarmonía. Es
una de las tantas expresiones del Miedo, una de las raíces emocionales
negativas que experimenta la mayoría de las personas, que actúa como un
parásito psicológico, asociado a la inseguridad y la desvaloración personal.
Celar al compañero, hermano o amigo, es una clara señal de temor al abandono y
a la falta del afecto específico de esa persona, y por ende una muestra de
egoísmo. Por eso, a la vista del observador externo, los celos no dejan de
causar cierta sensación de compasión o de malestar, pues reflejan en el que
cela los aspectos más infantiles de su dependencia emocional, ya que, de cierta
manera, quien cela, es una especie de niño inseguro desde el punto de vista
afectivo, un niño que vive a la espera de atención permanente, puesto que aún
no se ha reafirmado a sí mismo, ni tiene suficiente fortalecido el amor propio
ni su dignidad humana como para moderar la necesidad natural de convivencia,
cooperación e intercambio sano con el otro. La persona que cela no se permite
la libertad afectiva que otorga el Amor Maduro y, por ende, no le permite al
otro tampoco esa libertad de acción y de entrega a la medida de sus
posibilidades. Quien cela, entonces, siempre desea ser amado a su manera y no
como el otro puede hacerlo. Exige presencia, sin necesariamente darla, y de
alguna manera termina parasitando la energía afectiva de su compañero.
Si alguien logra detectar este parásito en sí mismo, puede
iniciar una puesta en acción que lo lleve a liberarse de él. Pero para dicha liberación
es necesario un profundo proceso interior en el cual pueda llegar a descubrir
su propia dignidad como Ser espiritual, es decir recuperar el natural Amor a sí
mismo, ese Amor que toda persona lleva adentro y merece expresar.
Es posible que deba confrontar su miedo hacia diversas
situaciones como por ejemplo: a no tener
el afecto de una pareja, a ser abandonado(a), miedo a la soledad, miedo a no
ser valorado(a). Detrás de estos miedos existen necesidades (afecto, compañía,
seguridad, reconocimiento, etc.) que toda Alma tarde o temprano debe confrontar
y encontrar dentro de sí, pero que si se buscan de manera insistente en el exterior,
quizás por frustraciones o situaciones traumáticas del pasado, pueden convertirse
en deseos compulsivos o en obsesiones, fijaciones que justifican la inseguridad
expresada en los celos (como deseo de retener de manera irreflexiva al ser
amado) y refuerzan la baja estima que se posee.
Liberarse de esa actitud, que no es otra cosa que un falso yo que posee temporalmente la
conciencia, implica en primer lugar empezar a abrir la mente a nuevos conocimientos
sobre el Amor, el cual, como se ha insinuado, no tiene nada que ver con la
inseguridad de no tener afecto ni el deseo de compañía, cariño o aprecio de los
demás. El Amor como un Sentimiento Real es un equilibrio entre nuestras ideas y
emociones positivas que lejos de generar desasosiego, nos mantiene centrados y
motivados hacia la acción de servir, compartir, cooperar. El Amor es un
arquetipo superior que nos mantienen en unidad y comunión con los demás seres y
al que solo se accede cuando tenemos el corazón limpio de miedos, odios y
deseos compulsivos que son las emociones negativas o densas de las cuales
derivan las demás.
Sin embargo, en la actualidad, muchos seres humanos sufren
de celos y otros males a causa de la ausencia de este Amor Superior, ya que en
la mayoría de los casos la autoestima es pobre y mientras seas así, siempre se
va a tratar de llenar ese vacío emocional interior con una pareja o con otras
personas. Por eso, cuando alguien alcanza a proporcionarse a sí mismo
suficientes satisfacciones, procura autorealizarse y apreciarse verdaderamente,
no necesita esperar ansiosamente el afecto de nadie, aunque sea su pareja. Solo
de esta manera las relaciones se convierten en un intercambio de afectos y
experiencias de manera natural y sobretodo LIBRE. Y si en algún momento alguien
no corresponde al afecto propio de manera equilibrada, simplemente se le deja
ir para abrir la puerta de la oportunidad de este amor ofrecido a quien
realmente lo merezca. Así obran las personas que son seguras de sí mismas y de
lo mucho que valen.
Los celos y el miedo a "perder" a alguien, son
solo el reflejo de esa oscuridad en la que el ego inferior sepulta al individuo
cuando no ha descubierto aún lo valioso que es como Ser. Es este ego confundido
quien le hace caer en el error de justificar sus celos haciéndole creer que el
otro "debe" amarlo obligadamente como si las personas pudieran ser dueñas
de los sentimientos de quienes aman. En el fondo solo se busca, quizás de
manera inconsciente, controlar las elecciones del otro, lo cual es totalmente
ilusorio, porque, como dice la frase: "solo en la libertad se puede
amar"; y esto es así porque el pretender retener a alguien por la fuerza
del discurso, el llanto o la manipulación es solo una muestra de la incapacidad
de amar plenamente y con conciencia. Por eso celar al otro resulta siendo un
autoengaño, pues no es lo mismo desear la forzada presencia de la pareja que
amarla. El Amor libera, no esclaviza, pues sus principios son la entrega, la
unión, la cooperación y la mutua aceptación. Pero si el vacío de amor que se
tiene es muy grande se tiende a esclavizar y no a Amar.
Además de aprender a diferenciar los celos del amor seguro y
maduro, también es importante la aceptación de que se posee este parásito y no
encubrirlo o justificarlo. Y aceptarlo no solo implica humildad sino también
entendimiento. De ahí la importancia de conocerse a sí mismo y ser capaz de ver
en retrospectiva el pasado personal para
sanarlo, y reconstruir la vida presente a partir de un cambio emocional. Es muy
importante para todo ser humano transformar aquellas emociones densas -como el
miedo que nos impide ser libres de apegos enfermizos- en verdaderos
Sentimientos. La vivencia de los celos –
y todo conflicto en general- es una oportunidad de verse y reencausar la vida
hacia mejores posibilidades.
Cambiar las vibraciones emocionales y aprender a manejar los
pensamientos representan un trabajo largo que implica el conocer y aplicar cómo
funciona la psique humana para propiciar luego un cambio consciente. También
requiere de la determinación de redescubrir el verdadero Ser, teniendo la
convicción plena de que se merece vivir el verdadero Amor. Aún cuando cada ser humano
posea su propio nivel de egoísmo como fruto de ignorar a su Alma, no hay nadie
que no pueda superar sus trabas psicológicas si realmente se lo propone.
Quien no pueda ver en cada Ser su propia luz, tiene la
ceguedad propia de dicho egoísmo. Pero cada persona puede empezar a limpiar su
interior para que esta luz emerja del interior y pueda iluminar la vida propia
y ajena. Y una persona tiene a su alrededor otras que persistan en su oscuridad,
ellas posiblemente no podrán ver la luz que este ha descubierto por más que quisiera
ser reconocido. Si alguien decide quitarse la venda y su compañero no lo hace, el
que ya puede ver, nada puede hacer por el ciego, más que desear desde su
corazón que pueda tener en el futuro la oportunidad de hacerlo. La vida y el
nivel de amor de los demás no dependen de quien ya decidió Amar, pues solo
puede hacerse cargo de su propio Amor; solo puede cambiarse a sí mismo por
dignidad hacia su propio Ser. Y cuando un
ser humano logra esto se siente tan completo consigo mismo que no le afectará negativamente
que alguien decida quedarse o irse de su vida. Podrá, en cambio, agradecer la
oportunidad de la vida de compartir con quien se mantenga a su lado, fiel a lo
que es él interiormente, aquel que lo Ama de Verdad. Tampoco tendrá temor de
acercarse a quien ama, porque el miedo y el amor no son compatibles. Quien ama generosamente no tiene miedo de
perder nada, porque no pierde quien da amor sino que gana satisfacción y dicha.
Lo que no es así, simplemente no es Amor, sino sometimiento.
Ahora, si te sientes
atrapado por los celos, comienza por la única persona que puedes cambiar: Tú
mismo. Y esto no es egoísmo sino claridad. Cura tu amor propio y la vida te
dará más Amor del que has estado esperando.
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