viernes, 26 de septiembre de 2014

Ley de Vibración


“Nada es inmóvil; todo se mueve; todo vibra”
Hermes Trimegistro – El Kybalión


Esta hermosa ley es la base de la vitalidad del Universo. Es la ley del primer movimiento de la Luz Espiritual expresado como onda-sonido y nos explica a su vez la manera en que la Energía Universal, viaja a través de todas las cosas existentes, usando “ropajes” de diversa densidad.
A través de esta ley comprendemos como la Gran Mente del Eterno se abre a múltiples formas de vida creando diferentes escalas de manifestación vibratoria. Ese Uno indivisible (primera ley), se divide sin perder su esencia (segunda ley), y sin embargo logra que cada criatura conserve una característica especial: su grado propio de vibración de dicha energía primera.
Al hablar de vibración, entonces, nos acercamos a la manera en que la Substancia primordial con la que están hechas todas las cosas, cambia de forma, moviéndose, desde una velocidad máxima –a nivel espiritual- hacia una velocidad tan lenta que pareciera ausente de dicha vitalidad-como podemos ver en la expresión más densa de la materia. Entre ambos extremos encontramos una gran escalera de diversos estados vibratorios que podemos llamar planos de energía o de vida.
En el Kybalión, a estos planos se les llama, planos de correspondencia, ya que entre ellos se aplica la segunda ley como hemos explicado previamente. Estos planos se resumen allí en tres grandes planos que son: El Plano Espiritual, el Plano Mental y el Plano Físico, y se explican ampliamente en dicho orden, desde una velocidad vibratoria alta a la más baja. Por eso el Kybalión explica que a mayor vibración, mayor es la posición en la escala de planos.
El Ser humano, comprendido desde una visión integral, cuenta con un cuerpo físico perteneciente al plano físico y una energía psíquica que es instrumento de su identidad –su Alma- que vibra en el plano mental. Sin embargo no dejan de ser ambas vestiduras o herramientas de su existencia para los fines de las circunstancias vitales que ha elegido y más allá de aquellas, su esencia Espiritual, propia del plano Espiritual, late silenciosamente en él, dándole su verdadera Vida. Por eso se habla del hombre como un pequeño universo entre uno mayor, un ser que habita varios mundos o dimensiones al mismo tiempo, y es conocedor de su multidimensionalidad.
De la misma manera en que los 3 planos vibracionales cohabitan en el ser humano, todos los aspectos de su vida y las diferentes formas de expresión de sus dimensiones tienen también una vibración particular. Comenzando por su anatomía integrada por diversos tipos vibracionales de materia –desde los densos huesos hasta la delicada red de circuitos electromagnéticos y corrientes de energía vital -, y terminando con un mundo psíquico casi desconocido por quienes pretenden estudiar su Alma.
Si empezamos a reconocer que toda emoción y todo pensamiento humano hacen parte del Gran Plano Mental, compartido incluso con otros Seres, y que éstos también pueden tener diferentes grados de vibración, desde lo más denso a lo más sutil, veremos que no es tan complejo observarlos y darles un determinado orden que nos permita posteriormente transmutarlos o “moldearlos” con la ayuda integrada de las demás leyes.

Conocer las diferencias vibracionales que existen, entonces, es una clave básica para comenzar el camino de autoconocernos y entrar en los escurridizos pasadizos del alma, especialmente cuando ésta, desviada de las leyes naturales, cuya expresión en el plano mental derivan de los Principios Universales, se enferma inexorablemente, contaminada por aspectos parasitarios que no corresponder a la verdadera Naturaleza más pura del Ser Humano.

Para ampliar este tema ver en"Consultas": Planos Vibracionales y Reinos Naturales

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