Existe una clara relación entre la capacidad de canalizar y
la habilidad psíquica de una persona. Aunque no toda persona capaz de canalizar
por ejemplo a sus guías, necesariamente tenga una habilidad psíquica
desarrollada o marcada, existe como base un cierto nivel de desarrollo a nivel
biológico que sirve como base para dicho logro, como hemos mencionado en otros
artículos.
Pero cuando la tendencia natural biológica es desarrollada
con más amplitud, bien sea porque la influencia hereditaria es muy fuerte o
múltiple (como los hijos de generaciones enteras de psíquicos, de ambos padres
con “facultades”, etc), o bien sea porque el interés por esta tendencia le
llevó a una preparación o a una práctica bien encaminada de las habilidades
psíquicas, entonces la capacidad de canalizar se fortalece con otras
habilidades psíquicas como la clarividencia.
Una cosa es recibir un mensaje conceptual y ser capaz de
recrearlo desde el propio cuerpo mental y emocional, dándole de esta manera
vida al concepto recibido y que, para ello, se asume la energía como propia,
por lo que el mensaje se da en primera persona; y otra cosa es que además de
esto se pueda visualizar y participar desde el propio Yo Superior en relación
al mensaje recibido. Esta diferencia la hemos notado en nuestra experiencia
personal en los tipos de canalizaciones efectuadas por nosotros. Mientras que
unas canalizaciones son simplemente mensajes conceptuales trasmitidos y algunas
veces se logra visualizar conceptos abstractos en forma de imágenes que nos
facilitan la interpretación del concepto; en otras canalizaciones se ha tenido
la experiencia de poder visualizar íntegramente un suceso determinado
perteneciente a una vida pasada o el estado energético de un consultante (a
manera de tonalidades y colores propios asociados a rayos o los chakras de una
persona, etc), para lo cual la habilidad clarividente es más que necesaria.
Esto explica en parte porque hay más limitaciones en la
canalización de un Yo Superior de una persona, que no ha tenido la experiencia
de practicar la clarividencia y por lo tanto no siempre está en condiciones de
visualizar con claridad todos los aspectos relacionados con la energía de su
parte encarnada o por cuestiones relacionadas a otras entidades o personas con
los cuales tiene relación, a diferencia de una canalización de consulta con un
guía de mayor avance espiritual no encarnado o con el Yo Superior de un
canalizador con capacidad clarividente, en donde se pueden visualizar más
detalles frente a un asunto consultado. También esto explica porque un
canalizador-psíquico no requiere siempre de realizar el contacto telepático
para conocer el estado general de un individuo y se puede brindar una asesoría
directa; aunque es evidente que se puede profundizar más en los casos de los
consultantes cuando son abordados también con la canalización, ya que el estado
de sofrosis y relajación requeridos para ello facilita la claridad de lo “observado”.
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