viernes, 14 de noviembre de 2014

Los Moai de la Isla de Pascua


SESIÓN DEL 16/09/2012


Canalizador: Daniel Asamuya
Interlocutor: Denyse Gómez
Entidad convocada: Ruanel, guía espiritual

INTERLOCUTOR: La pregunta que tengo agendada está referida a las estatuas de Rapa Nui. Se dijeron muchas cosas de estos monumentos, y por eso lo convocamos para aclararlas.
RUANEL: Las estatuas de Rapa Nui pertenecieron a una civilización muy antigua, tanto como la de las Pirámides de Egipto, y no de seiscientos años o mil como se ha dicho. El rostro de las estatuas es el de la raza que habitó allí.
INTERLOCUTOR: ¿Esa raza era originaria de la Tierra?
RUANEL: Si
INTERLOCUTOR: ¿Las estatuas fueron construidas, entonces, por los “Annunaki”?
RUANEL: No, las estatuas fueron construidas por dicha raza. Fue su propio trabajo.
INTERLOCUTOR: ¿Cuál fue el propósito de su construcción?
RUANEL: El propósito de la construcción de esas estatuas fue el resultado de esa costumbre que todos poseen de dejar de alguna manera plasmados en artesanías los propios logros, en este caso los de esa raza. Las caras, por lo tanto,  son de esa raza de alli. El tocado de la cabeza pertenece a las mujeres y los que carecen de él, a los varones. Fue una civilización avanzada. Si ustedes se fijan bien, en este mundo hay grandes estatuas, como la de Sidartha, en Japón, que es inmensa, y en Rusia también y en muchos otros lugares.
INTERLOCUTOR: Hay fotografías donde se puede ver que algunas estatuas miran hacia el mar. La pregunta es si tienen algún simbolismo.
RUANEL: Las estatuas que miran hacia el mar tienen que ver con el hecho de que cuando sus “dioses” se fueron dijeron que vendrían por ese lugar.
INTERLOCUTOR: Está claro. ¿Hay algo más para decir sobre este tema?
RUANEL: No, con lo dicho está bien, solo agregare que no son solo bustos, sino estatuas completas, es decir tienen su cuerpo entero y pies, partes que están enterradas bajo el suelo.
INTERLOCUTOR: ¡Que interesante! Vamos a investigar estos datos. Gracias.

Investigación complementaria de Horacio Velmont


Los moai de la isla de Pascua no fueron construidos por “extraterrestres”, sino por los propios nativos, aunque utilizando la tecnología de sus “dioses”, descendientes de Primordiales. De más está decir que dicha tecnología debía involucrar máquinas antigravitatorias, ya que es la única forma de levantar tan grandes pesos, que en algunos casos llegan hasta la friolera de 80 toneladas.
Las caras de las estatuas son de los nativos. Las que tienen un tocado en la cabeza representan a las mujeres, y las que carecen de él, a los hombres, aunque no en todos los casos son mujeres las de tocados, sino que algunos de ellos eran influyentes en la sociedad.
Los nativos construyeron algunos moai mirando hacia el mar porque los extraterrestres les dijeron, antes de partir, que volverían por ese lugar.
En 1986, el ingeniero checo Pavel Pavel visitó Rapa Nui como miembro de una expedición arqueológica de Thor Heyerdahl. Pavel Pavel fue invitado como especialista en el tema de transporte de las estatuas y para demostrar su teoría de cómo los moai fueron transportados. El resultado de este experimento fue el exitoso traslado de un moai de 4 toneladas en Tongariki. La teoría de Pavel Pavel se basó en la tradición oral Rapa Nui que dice que los moai caminaron a su destino, esto combinado con el concepto de que cada moai posee un centro de gravedad. Atando una cuerda alrededor de la cabeza y otra alrededor de su base, un grupo de sólo 17 personas logró hacer caminar el moai.
Algunos investigadores, con más buena voluntad que seso, demostraron que con unas cuantas personas, insumiendo varios días, y utilizando cuerdas y poleas, se pueden levantar grandes pesos como los moai (no los de 80 toneladas, por supuesto). Con eso demostraron que lo que los “dioses” pueden hacer con facilidad en pocos segundos con sus aparatitos antigravitatorios, ellos también lo pueden hacer sufriendo y penando…
Según el razonamiento escéptico, si yo construyo un hormiguero no sólo demostraré que los hormigueros los construyen los humanos, sino también que las hormigas no existen…
Cuando se pone en la ecuación a los extraterrestres, a los Anunaki o los “dioses”, muchísimos misterios que parecerían insolubles quedan resueltos. Uno de los logros más importantes de cualquier civilización avanzada es la tecnología para levantar grandes pesos. Es así como se pudieron construir muchas maravillas en nuestro mundo, como las pirámides de Egipto o los moai de la isla de Pascua, tema que estamos tratando.
Como los escépticos no ponen a estos humanos avanzados, es obvio que no pueden deducir que cuando los nativos hablaban de que los moai “volaban” (y no “caminaban” hacia su lugar) estaban describiendo simplemente el proceso de trasladarlos mediante la tecnología que anula la gravedad…

LAS ESTATUAS DE LA ISLA DE PASCUA SE TRASLADARON HASTA SUS ALTARES VOLANDO
 Fuente: MAGONIA: Una ventana crítica al mundo del misterio
http://magonia.com/2003/10/13/las-estatuas-la-isla-pascua-se-trasladaron-hasta-sus/


El segundo episodio de “Planeta encantado”, la serie de Juan José Benítez que emite Televisión Española (TVE), incluye una de las escenas más ridículas vistas en un documental: los ‘moais’ -así se llaman las estatuas de la isla de Pascua- levantan vuelo cual ‘supermanes’ sin capa para colocarse en sus ‘ahus’, como se denominan los altares sobre los que reposan. Quien quiera disfrutar del momento tendrá que esperar hasta el final de ‘La isla del fin del mundo’, documental en el que nada tiene que ver el aburrido y mentiroso discurso de Benítez con lo que contó Thor Heyerdahl en ‘Aku-Aku’ (1957), libro cuya excelente traducción fue obra del ufólogo Antonio Ribera y que tiene una preciosa descripción del lugar en su primera página: “La isla de Pascua es el sitio habitado más solitario del mundo. La tierra firme más próxima que pueden ver sus habitantes está en el firmamento y consiste en la Luna y los planetas”. Benítez no va a la remota isla del Pacífico a la caza de vestigios de extraterrestres en la antigüedad. “Los ‘moais’ encierran aún algunos misterios, pero en mi opinión nada tienen que ver con seres extraterrestres”, sentencia en un arrebato de sensatez. Que nadie se asuste; es sólo un espejismo. El novelista es uno de esos ‘expertos’ que rechazan un disparate para decir inmediatamente después otro más gordo, como el ufólogo sevillano Ignacio Darnaude Rojas-Marcos, quien no habla de los ovnis como simples naves extraterrestres, sino que mantiene que la mayoría surge “en nuestro provinciano entorno espacio-temporal desde intangibles niveles de vibración alternativos”. Vamos, que los marcianos verdes son nuestros vecinos de universos paralelos. El gran problema -“el verdadero e irritable enigma” de Pascua, en opinión de Benítez- es cómo se transportaron los ‘moais’ desde la cantera del volcán Rano Raraku hasta sus emplazamientos definitivos. Las “peregrinas soluciones” de Heyerdahl y otros no convencen al periodista, para quien la teoría del arrastre sobre troncos choca con dos grandes inconvenientes: la necesidad de “cientos o miles de hombres” y la inexistencia en la isla de madera idónea para llevar a cabo la tarea. Sin embargo, como recuerda el arqueólogo Kenneth L. Feder en su libro “Fraudes, mitos y misterios” (1990), cuando Heyerdahl se puso manos a la obra, “seis hombres sacaron de una cantera una estatua de cinco metros de largo en sólo cinco días. Un grupo conformado por varios isleños erigió un antiguo ‘moai’ en un periodo muy corto, utilizando cuerdas y palancas. Las estatuas fueron movidas a lo largo de los viejos caminos utilizando trineos de madera y sogas”. Respecto al origen de la madera, se sabe que el toromiro era muy abundante en la isla en la época en la que se levantaron las estatuas, cuando en Pascua crecían también otras especies vegetales ahora inexistentes. El novelista recurre a mentiras para vender su ficción: que los ‘moais’ flotaron desde la cantera hasta los ‘ahus’ gracias al ‘maná’, el poder sobrenatural del rey y los sacerdotes. Benítez afirma que ésa es la explicación que le han dado los ancianos pascuences y se lamenta de que no cuente para los científicos. Lógico, no cuenta porque la ciencia tiene desde hace décadas una explicación que no precisa ni de poderes misteriosos ni de extraterrestres, ni de nada por el estilo. Es lo mismo que sucede cuando alguien sostiene que Dios creó el mundo en siete días, que modeló al hombre en barro y a la mujer a partir de una costilla de aquél, que hubo un paraíso terrenal, que todos los seres vivos se salvaron de un diluvio universal a bordo de un arca y otras historias que sólo se diferencian de la del ‘maná’ de los reyes y sacerdotes pascuenses en que son nuestros mitos. Poner a los ‘moais’ a volar sobre Pascua es tan ridículo como explicar el origen del hombre recurriendo a un anciano de barba blanca que trabaja la arcilla.
Luis Alfonso Gámez

NOTA ACLARATORIA DEL ARTÍCULO:

Nuestra postura da crédito a lo expuesto por J.J. Benitez sobre los métodos antigravitacionales usados para ubicar las gigantescas estatuas de los Moai. El autor del anterior artículo recurre a información oficial para sus deducciones –en los que suele menospreciarse el contenido histórico de la mitología de las civilizaciones antiguas, como sus ejemplos lo demuestra-, lo que explica su escepticismo. A veces esos “ancianos que moldean arcilla” saben mucho más que quienes investigamos la verdad.


LOS MOAIS ENTERRADOS EN LA ISLA DE PASCUA, TIENEN CUERPO Y APARECEN MISTERIOSAS INSCRIPCIONES EN ELLOS.
http://fundacion-eticotaku.org/2012/06/23/los-moais-enterrados-en-la-isla-de-pascua-tienen-cuerpo-y-aparecen-misteriosas-inscripciones-en-ellos/


Hasta ahora la mayoría de los Moais de la Isla de Pascua, aparecían con el torso y la cabeza descubierta. Otros parecían ser únicamente una cabeza. La cuestión es que hasta hace apenas un año, a nadie se le había ocurrido que las cabezas de los Moais, pudieran ser Moais completamente enterrados al igual que los que aparecían desenterrados. La mayoría de los documentales sobre la Isla de Pascua y los datos empíricos sobre las misteriosas estatuas que se ofrecían al público, obviaban esta cuestión. (Lo cierto, por increíble que pueda resultar es que ya se sabía desde 1915). En concreto fueron  Katherine y William Scoresby  los que primeramente expusieran los diagramas de los primeros torsos de los Moais.
Pues la sorpresa, por obvio que parezca es que en pleno siglo XXI, hasta hace un año aunque ya se sabía desde 1915 que las cabezas de Moais emergentes en la isla, contenían un cuerpo bajo tierra, que en algunos casos supera los 8 metros de profundidad, nadie quería hacer publicidad de la excavación que se estaba llevando a cabo.
Naturalmente, ante semejante hallazgo, como siempre, comienzan las presiones de aquellos que consideran que es mejor mantenerlos enterrados, o tapar el hallazgo. Pero en este caso  los arqueólogos obviamente no están dispuestos a dejar de desenterrar el misterio. Así que  una entidad privada sin ánimo de lucro como es http://www.eisp.org/ ha asumido la competencia de llegar al fondo del asunto.
Igualmente, sucede con las misteriosas inscripciones que figuran en algunas de las figuras. Así las cosas. ¿Cómo es posible que no se haya comenzado con las excavaciones de semejante descubrimiento si como algunos aducen, ya se conocía desde hace casi un siglo?. ¿Tan poco interés revelaba para la comunidad científica un hallazgo de semejante envergadura?. Es extraño, pero la clave está en la profundidad de los Moais. Si se demuestra que la profundidad es de 8 metros en la excavación, estaríamos sin duda ante una antigüedad superior a 15.000 años, lo que nos colocaría en un evento con tsunamis próximo a la última glaciación, algo que sería incompatible con la existencia de escritura, al menos en base a los actuales axiomas Ortodoxos de la Ciencia.  ¿Acaso es esta la razón por la que se pretende datar a los Moais en la época del año 1500 de nuestra era?
Los datos no cuadran a juzgar por las evidencias, a menos que los enterraran, pero entonces no se explicaría por qué los que están descubiertos carecen de inscripciones y los que están enterrados presentan inscripciones y son de mayor tamaño que los que no están enterrados. No parece tener mucho sentido enterrar los más grandes y con inscripciones  que nadie leerá, y en cambio dejar al descubierto los de menor tamaño sin inscripción alguna.
La pregunta que se hacen los arqueólogos  una vez más es: ¿Por qué tanto empeño en no reconocer que las antiguas civilizaciones y determinados tipos de escritura, eran mucho más antiguos de lo que se pensaba?.
Por el momento los datos de la escritura presente en los Moais y de los expertos que están intentando descifrar los textos, permanecen en el anonimato para evitar presiones, pero en palabras del director de la exploración:
La hipótesis más probable es que una ola gigante barrió la ex isla y su antigua civilización, que se perdió en las brumas del tiempo. Las estatuas no fueron enterradas, pero el paso del tiempo, el escombro y el polvo borraron a esta civilización, de la cual no se sabe nada. Se cree pudo estár el mito de la Atlántida y del continente cuyas leyendas resurgieron con este descubrimiento excepcional.
Con el tiempo conoceremos más detalles de los responsables de la excavación, y de la traducción de los textos encontrados en algunas de las estatuas que han desenterrado. Una cosa está clara. Demasiado peso y tamaño para mover las estatuas hace 15.000 años.



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