sábado, 1 de noviembre de 2014

El eterno presente del Padre Absoluto y la naturaleza demiúrgica de Jehová




Hola Horacio:

Dada la complejidad de tu cuestión voy a responderte por partes para que puedas ir viendo los puntos de posible confusión que presentan tus razonamientos:

Daniel, Denyse Ariel: 
Desde que empecé a interesarme por el tema esotérico, siempre busqué algo que nunca encontré abordado de ninguna manera.
Me refiero a que todos hablan del Bien y del Mal, de los Buenos y de los Malos, pero siempre, directa o indirectamente, poniendo a Dios y a los buenos por un lado y a los malos por el otro como si los Malos no estuvieran dentro de Dios, y para colmo dentro de su Eterno Presente. 

Para empezar a comprender hasta cierta medida el asunto de Dios como Absoluto y su naturaleza, es necesario desligarnos de la noción de Bien y Mal, ya que el mal es solo el desvío de lo Natural. Esta dualidad es de alguna manera artificial, ya que de la perfección no puede surgir lo imperfecto, solo desvíos temporales que nos resultan paradógicos a causa del juego e interrelación de las leyes universales que nos cuesta comprender con amplitud. La existencia del Libre albedrío como posibilidad de manifestación individual de los seres y fruto del Amor universal, es que el que de manera indirecta “permite” la posibilidad de este desvío o "bache" sin que por ello esto sea lo Verdadero o natural en el universo y en la creación. Lo "malo" es la excepción y no la norma. 
Es cierto que cuando vemos esto desde la visión dual del humano mortal que contrasta el mal frente al Bien permanentemente porque vivimos en una realidad errática, nos parece que Dios está a un lado y Satanás del otro. Pero cuando sabemos que un satanás o ser demiúrgico es hijo de dios, un dios, pero desviado, vemos que se trata tan solo de dicha excepción, una "célula maligna" del gran tejido funcional del universo. Pero si bien unas células malignas pueden aparecer en determinado momento en el gran organismo de la creación perfecta, no quiere decir esto que ellas deban estar de manera permanente en dicho Gran Cuerpo. Ellas (los seres demiúrgicos) son temporales en razón de que las leyes, siendo perfectas, y los principios de Dios, Absolutos, se encargan de corregir todo error, de la misma manera en que nuestro sistema inmune y otros mecanismos en un cuerpo físico cualquiera de desenvuelve para anular y destruir las células de un cáncer. Obviamente salvando las distancias enormes, se demora más en eliminar o corregir el proceso demiúrgico que un cáncer.
Por lo tanto estos "malos" pueden estar dentro de Dios sin que sean como él y no por ello el Universo colapsa, ni se considere el mal como una necesidad o una especie de principio inherente a Dios desde el inicio de la creación, como algunos confusamente creen. El mal es en realidad una ilusión, pues no puede sostenerse dentro de la realidad perfecta de lo divino -frente a la Eternidad que el Absoluto representa-.

Estoy de acuerdo que sería muy confuso que alguien mencione a la Maldad de Jehová diciendo que Jehová y su Maldad también forman parte de Dios.

No sería confuso siempre que se vea a Jehová como un simple humano demiúrgico desviado. Si bien una sola "célula" causa muchos estragos, dentro de un "cuerpo" capaz de renovarse perfectamente, esto es solo un problema menor para el Absoluto. Pasa que para nosotros mismos es difícil asimilarlo porque estamos en una escala igualmente pequeña... 

Pero no estoy diciendo que lo mencionen constantemente, sino por lo menos en algún parrafito.
Llevo más de 60 años buscando ese párrafo y nunca lo encontré… ¿De esto no se habla?
Lo único que encontré es que Jehová finalmente será disuelto, también dentro de Dios, porque en su reino hay muchas moradas.
Lo que digo es que alguien debería alguna vez aclarar esta cuestión porque ¿Cómo se entronca o acomoda el Eterno Presente con el libre albedrío y con el hecho de que dentro de Dios SIEMPRE ha existido Jehová y su maldad?

La concepción del Eterno presente de Dios es un asunto que es parte de la confusión mental que puede existir, cuando se toma como un asunto estático y no dinámico. La Eternidad del Absoluto es un movimiento permanente de creación, manifestación y evolución, dentro de unas leyes tan perfectas que esa Magna e incomprensible Presencia- Conciencia universal que llamamos Absoluto, no "teme" la experiencia del desenvolvimiento de la vida, sin conocer futuro alguno. El Eterno Presente del Absoluto no debe entenderse como un conocimiento de pasado y futuro conjugados, como un saber preexistente de todo lo que ocurrirá en todos los tiempos eternos del futuro, porque no existe la temporalidad para él, solo en los seres individuales de su manifestación. El Eterno Presente de Dios es precisamente su Conciencia Eterna  y Plena que segundo a segundo experimenta y expresa sus principios universales en todo lo existente. Desplegándose a sí mismo de esta manera no hay tiempo, y el conocimiento adquirido siempre es mayor y en ascenso, aunque lo viva a través de sus creaciones de manera cíclica, pero siempre es NUEVA, y este es la clave de este asunto. No se trata de que su vivencia permanente del presente le haga estar "enterado" de todo lo que sucederá, pues no hay futuro alguno que le preocupe, porque no hay futuro que pueda estar "mal". Es como una especie de Aceptación plena y anticipada de lo que ES y puede SER, ya que todo brota de su propia perfección. (Obviamente podemos verlo humanamente en el ejercicio de referirnos al absoluto como un Ser, pero no tenemos opción ya que él, ESO, ES el Todo y no una individualidad)
Y es el Libre Albedrío de sus criaturas el que permite justamente este desenvolvimiento de vida y experiencias. Sus criaturas son aspectos múltiples y ricamente variados de los que Él mismo ES, por lo tanto, dicha libertad, no solo es su regalo de amor, sino uno de los principios básicos de la existencia, ya que lo contrario implicaría un sometimiento y una limitación que estaría en contradicción con sus propias leyes, permanentemente libres y en eterno movimiento. El "riesgo" de que una pequeña consciencia opte o decida revelarse de esta perfección y de él mismo, no detiene el desarrollo de su SER, de la misma manera en que una necia bacteria de su piel que pretenda atacarle por libre albedrío, pueda hacer mella dentro de la macroestructura de su cuerpo universal. 
Jehová no ha existido siempre. Tuvo un comienzo temporal y tendrá también su final, porque es solo una bacteria-conciencia que tontamente pretendió creerse el cuerpo ,sin dejarse llevar por la Generosa Corriente de Vida proveniente del mismo. (Las “células” nacen y se transforman pero si se resisten a la evolución por tonta decisión individual, desaparecen, se autodestruyen) .La diferencia es tan abismal que sus Principios inviolables no sufren alteración alguna, solamente se generan "pequeños márgenes de error", consecuencias de las acciones desviadas, que "obligan" al Absoluto a generar nuevas dinámicas que los encausen a su origen u "hogar" - por ejemplo la Reencarnación, como mecanismo corrector de la naturaleza que solo sucede cuando las almas humanas pierden sus cuerpos físicos sin realizar la natural Ascensión-. Estas dinámicas que surgen como "imprevistos", son los que dan señal justamente de la perfección en que la naturaleza divina actúa frente a estos errores. El "error" por lo tanto puede existir y convivir en una escala menor dentro de un universo de perfecciones, por el libre movimiento de factores y conciencias en un movimiento permanente donde no importa el futuro sino la vivencia del segundo a segundo (Presente eterno) y gracias a que todas las leyes en conjunto (interferidas por la Ley de Inercia), actúan de manera fluida y autónoma con tendencia permanente al equilibrio.

Porque si bien es cierto que tenemos libre albedrío, también es cierto que ese libre albedrío pertenece a Dios. De lo contrario habría algo que no estaría dentro de Dios, es decir, dentro de su Eterno Presente.
Si yo lo tuviera que explicar compararía a Dios con un piano para ser entendido.
De la misma forma que no podemos preguntar por qué un piano es un piano y por qué es cómo es, porque la respuesta es que su esencia última es ser así y no hay otra respuesta, así también Dios es como es porque ésa es su esencia y contiene todo lo bueno y todo lo malo, a todos los buenos y a todos los malos; en definitiva, el Bien y el Mal le pertenecen eternamente porque forman parte de su Esencia.



Como dije anteriormente, dentro de la Esencia de Dios no existe el mal, de la misma manera en que nuestro cuerpo no funciona con tejidos repletos de cáncer en condiciones saludables. El "bien" es inherente a Dios y es su naturaleza eterna, y no se equipara en magnitud al error o mal, así como donde todo es Luz, no hay oscuridad. Oscuridad y Luz no pueden compartir el mismo espacio temporal, ni la misma Esencia de ningún Ser. Nuestra naturaleza por lo tanto es luminosa, y lo que hemos conocido como oscuridad es un espacio aislado creado artificialmente para aislarnos de tal naturaleza, de manera similar en que alguien puede construir un bunker subterráneo sin ventanas o meterse a una tumba y enterrarse: y sin embargo en las más oscuras circunstancias no se puede estar así eternamente, pues, o la más pequeña rendija revelará la presencia de la luz, o el alma perece de tanto persistir en la terquedad de negar la realidad del universo. El "mal" se hace mal a sí mismo, al negar a Dios, y Dios es un "Bien" tan perfecto que le deja manifestarse aunque no le pertenezca.

Si la cuerda de un piano, que es constantemente percutida por un martillo preguntara por qué se la castiga así, con tanto sufrimiento, la respuesta sería porque forma parte de un instrumento musical  llamado piano, cuya esencia es ser un piano, que tiene cuerdas que son golpeadas por un martillo, que a su vez es movido por una tecla que alguien presiona.
Este ejemplo, puesto para Dios, sería lo mismo: Jehová sería el martillo que golpea las cuerdas, pero el que presiona las teclas es Dios, porque su esencia es ésa Y NO LA PUEDE CAMBIAR COMO NO SE PUEDE CAMBIAR LA ESENCIA DEL PIANO PORQUE ESA ES SU ESENCIA ETERNA E INMUTABLE.
                                                                                  
Si tal ejemplo revelara la realidad de Dios, sería como pensar que Jehová es el mismo Dios, ya que sería un ser movido (martillo) por la Voluntad de Dios (Los dedos que tocan). Pero esto no es posible de acuerdo a lo ya explicado. Jehová nunca podrá ser un instrumento de Dios, ni un medio, ni un reto, ni nada retorcido que pueda imaginarse un hombre, porque la perfección no da cabida al dolor, ni a la muerte, ni  a la enfermedad. Todo esto que nos han dicho de la "sabia existencia del mal para aprendizaje" es una gran falacia tejida por el mismo Demiurgo. Nuestro Destino, y nuestra Naturaleza verdadera están lejos del concepto del "golpe" de una supuesta vida imperfecta. No somos imperfectos para llegar a ser como Dios, somos imperfectos por ser una desviación de Dios, más allá de las causas que hayan generado este caos. Podemos culpar abiertamente a este loco clonador de Jehová, pero no serviría ser como él -renconcoroso y juzgador- sino más bien reconocer dentro nuestro la verdad de nuestra innata Bondad Eterna, taponado por el lodo del engaño. El Universo, si es un Gran piano, es tocado siempre por Dios y sus principios sagrados, sus leyes y todo lo que él ES, y las teclas del piano son todas perfectas. Y el universo jamás se siente golpeado por su mano sagrada, sino ritmica y poderosamente acariciado por su perfecto movimiento. Jehová sería más bien esa tecla rota y sin sonido que oportunamente él reparará no sin permitirle haber existido un tiempo, breve para Él, en el que hubiese si quisiera ajustado a la melodía de la Vida.

En definitiva, Dios sería como un juego donde todo está consumado, pero no para sus criaturas, que piensan que el destino lo están haciendo ellas, mientras Dios ya conoce todo lo que van a hacer y también el final.
Por supuesto que he tratado de explicar mis especulaciones de alguna manera, porque la cosa es obviamente muy compleja.

En la eterna manifestación de Dios, todo es posible y nada se consume salvo en el momento en que se convierte en algo ya vivido. Todo es posible para Dios y a la vez, difícil paradoja, todo es seguro y conocido. En Él está Todo contenido, pero Todo puede suceder. Como todo lo posee, todo lo puede vivir y experimentar de manera eterna y como novedad, pues desde la potencia eterna puede crear y recrear la realidad sin detenerse  nunca. Lo conocido por Dios es lo que conoce por sus criaturas en cada segundo, porque Dios no necesita expectativa alguna, es Felicidad en él mismo, plenitud en sí mismo y no necesita de nada, ni saber nada. El es el conocimiento perfecto que al mismo tiempo "disfruta" en recordarse su saber a través de nosotros. ¿Por qué querría Dios tener el control de sus criaturas, o el control de sus destinos o el saber de sus futuras acciones, si ellas son perfectas como él? ¿Por qué ha de saber su final y su futuro si ya sabe que será igualmente perfecto como Él? Yo percibo que simplemente nuestro Padre vive cerrando sus ojos para sentirse a Sí mismo a través de todos nosotros, confiado en lo que él mismo Es en su divina perfección. Y como nada puede andar mal en Él, todo puede pasar, todo juego es válido, todo disfrute es eterno. No hay límites y sin embargo de su perfección nace el orden y el equilibrio, y sus reglas de juego le permiten a la Existencia Ser como elija ser, ¡porque Él mismo es la Existencia!. Él es el juego, pero también es el jugador, y así como Él lo Es, por imagen y semejanza, somos también nosotros. Pero los que seguimos su juego participando con Él y en Él, siempre salimos ganando y jamás perdemos.

Y no quiero entrar en la cuestión de "Dios Creador" porque tal cosa no puede existir dentro del Eterno Presente...

Dios “crea” a través del movimiento de sus Leyes y la acción de sus criaturas, permanentemente, es decir eternamente crea, segundo a segundo, en cada presente....

Un abrazo



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