Compartimos con nuestros lectores algunos fragmentos de un
artículo publicado en la Revista Virtual Glits de México que nos ha parecido
bastante acertado con respecto al tema del Vampirismo Astral. Los tipos de
vampiros energéticos que se mencionan corresponden a roles del ego:
“Vampiros Energéticos
o Emocionales”
El ser humano es un
ser social por naturaleza, con una identidad única e irrepetible. Es un ser
histórico, un ser encarnado en una realidad y es allí en donde se manifiesta
como ser de posibilidades. Somos libres y conscientes de nuestra existencia y
de todo lo que nos rodea, así mismo somos conscientes de nuestras actitudes y comportamientos hacia el
mundo exterior; de cómo nos relacionamos día a día y del tipo de personas de
las que nos rodeamos, llámese amigos, parejas, familiares, compañeros de
trabajo, jefes, etc.
Los animales tienen
reacciones instintivas que los obligan a hacer ciertas cosas y les impide hacer
otras, pero el hombre tiene acceso a ambas. Prestamos atención a las personas y
ellas nos prestan atención, pero cuando algunas personas se apoderan de nuestra
energía, lo notamos en un estado repentino de malestar, agotamiento, tristeza e
incluso irritabilidad.
Un aura poco
desarrollada y con recursos energéticos deficientes, tiende a crear un patrón de
comportamiento de adaptación que suele invadir el aura de otras personas y
absorber su energía. Este fenómeno se llama vampirismo psíquico y tiene como
resultado un aumento en las reservas de energía del vampiro psíquico y el
desgaste o agotamiento energético de la otra persona.
Se oye mucho hablar de
este término cuando la gente habla de la energía y su relación con nuestro
entorno. Básicamente, la "definición" de un Vampiro Energético es
alguien que te "chupa" la energía porque carece de su propia energía,
como consecuencia, te sientes exhausto, cansado. ¿Por qué sucede? Por la
sencilla razón de que nos cuesta tanto "enchufarnos" a la fuente, al
amor puro e incondicional, a esa "energía divina" por llamarla de
alguna manera, que estamos constantemente buscando esa energía, venga de donde
venga.
Lo hacemos en la
mayoría de los casos de una forma inconsciente. Hasta los "Vampiros
Energéticos" que tenemos identificados con nombre y apellido, no suelen
quitarnos nuestra energía para hacernos daño a propósito. Simplemente no se dan
cuenta, o les da igual las consecuencias mientras ellos consigan lo que
necesitan.
A pesar de que una
interacción de este tipo puede durar tan solo unos minutos, los efectos sobre la persona pueden notarse durante
varios días. La falta de energía, los mareos, la tensión muscular, la
dificultad de concentración, los dolores de cabeza y las náuseas son algunos de
los efectos más comunes sentidos por las víctimas; sin embargo, sucesivos
ataques de este tipo pueden producir fatiga crónica, desajustes en el sueño,
irritabilidad, depresión, e incluso enfermedad física.
Pues bien, los
vampiros psíquicos o energéticos son personas que tienen la habilidad de agotar
a distancia la energía en todas sus formas. Lo hacen para mejorar sus energías
físicas y mentales, por consiguiente, aquellas personas con las que interactuán
llegan a sentirse agotadas, o con un gran sentimiento de culpa. De igual
manera, pueden sentirse manipuladas, chantajeadas, controladas, criticadas y
minimizadas.
Todos, de una u otra
forma, somos vampiros energéticos. Todos estamos atados y robándonos energía
mutuamente, porque esa energía que robamos sólo nos dura un momento, no es una
energía real, es sólo una ilusión de conquista. Cuanto más alto vibramos, menos
necesitamos vampirizar a los demás, porque tenemos nuestra propia energía
sólida y estable.
En algún punto de
nuestras vidas hemos sido vampiros energéticos o estado con personas que
parecían dejarnos sin energías, y es muy probable que todos conozcamos individuos
que suelen agotar o deprimir a los que tienen a su alrededor, y para eso te
daré algunas características, rasgos de conductas, tips para detectarlos y
afrontarlos. Y si tú te ves teniendo actitudes de este tipo, el punto es
reconocerlo y cambiar.
Te preguntarás, y ¿cuál
es el propósito de “chupar la energía”?, pues al no poder conseguir esa energía
del amor fácilmente, a menudo tomamos otras energías que confundimos con el Amor.
Confundir otras energías es algo muy común. Confundimos la pasión con el Amor,
confundimos el sexo con el Amor, confundimos la necesidad de aprobación, de
cariño, de atención, con el Amor. Y cuando confundimos esa energía, nos deja
insatisfechos.
Existen varios tipos
de vampiros, todos y cada uno de ellos tienen una característica propia. Es
decir, presentan una gran variedad de rasgos personales y de patrones
específicos de comportamiento. Muchos de ellos adoptan el estereotipo bien
conocido de “mosca muerta”. Pueden parecer pasivos y reservados, ocultando
cualquier inclinación al vampirismo, pero cuando la ocasión lo requiere pueden
ser muy agresivos, e incluso, intimidatorios; pueden valerse de la
vulnerabilidad de la otra persona, esperando el momento oportuno para golpear,
o bien pueden manipular a la víctima elegida por medio de regalos o halagos.
En ámbitos laborales,
suelen ser personas con las que es muy difícil trabajar y cuyo rendimiento es
muy irregular. A veces son altamente eficaces, astutos e inteligentes y otras
totalmente inoperantes. A pesar de los disfraces tras los que se ocultan, los
vampiros psíquicos son típicamente inseguros y vulnerables; si bien pueden
adoptar un estilo autosuficiente, operan desde una posición de debilidad y no
de poder.
No suelen tomar
conciencia de ellos mismos, pero son rápidos a la hora de emitir juicios sobre
la gente que los rodea. Pese a estar totalmente centrados en ellos mismos del
tipo egoísta y tratar a los demás en forma desconsiderada, a menudo se quejan
de que el mundo es injusto con ellos. Sus relaciones personales son típicamente
inestables. Puede decirse que muchas de estas personas presentan inestabilidad.
Y algunas de las características son trastornos de la personalidad con síntomas
tales como inseguridad emocional, dificultad para controlar la ira, baja
autoestima, sentimientos de hostilidad reprimidos que estallan esporádicamente
cuando uno menos se lo espera.
Los vampiros
energéticos vienen en todas las formas y tamaños. Las personalidades básicas de los “Vampiros
energéticos o Psíquicos” podrían caer en ciertas divisiones, desde el agresivo
y gritón, pasando por el callado e introvertido, hasta el encantador y sensual.
TIPOS DE VAMPIROS:
El Pobre de Mí o Victima:
Los "pobre de mí" nunca piensan que tienen suficiente poder para
enfrentarse al mundo, están todo el día quejándose de sus problemas y
desgracias. El mundo entero está en su contra y siempre hay alguien a quien
culpar de su desgracia y tristeza; siempre pesimistas, atraen la atención con
expresiones faciales preocupadas, suspiros, temblores, llantos, miradas
perdidas, respuestas lentas y relatos reiterados de dramas y crisis. Les gusta
ser los últimos de la fila y someterse a los demás. Seducen inicialmente por su
vulnerabilidad y su necesidad de ayuda; sin embargo, no les interesa realmente
las soluciones porque entonces perderían su fuente de energía. Su
comportamiento va, desde convencer, defenderse, dar excusas, explicar reiteradamente,
hablar demasiado, a tratar de resolver problemas que no son de su incumbencia.
Dejan que se los consideren como objetos y después se ofenden porque no los
valoran, y cada sugerencia que reciben de sus amistades bien intencionadas, es
descartada con múltiples argumentos para preguntar luego “qué debo hacer?”.
El Intimidador: Los
intimidadores logran que todos les presten atención a fuerza de gritos, fuerza
física, amenazas y exabruptos. Mantienen a todos a raya por temor a desatar
comentarios molestos, rabia y, en casos extremos, furia. La energía va hacia
ellos debido a que los demás se sienten atemorizados y ansiosos. Los
intimidadores siempre ocupan el escenario. Básicamente egocéntricos, su
comportamiento puede ir desde dar órdenes a los que están a su alrededor,
hablar constantemente, ser autoritarios, inflexibles, sarcásticos y ser
violentos.
El Interrogador: Los
interrogadores socavan el ánimo y la voluntad de sus interlocutores
cuestionando mentalmente cualquier actividad y motivación. Son críticos
hostiles, buscan formas de hacer sentir mal a los demás, desestimar cualquier
tipo de motivación o proyecto. Cada pregunta que formule esconde una crítica
hostil, cáustica, aguda, pero errónea en sus fundamentos. Al hacer esfuerzos
para probar su valía y responderles, mas energía les estás enviando. Es
probable que todo lo que les digas sea usado en tu contra en alguna
oportunidad. Son hipervigilantes y su comportamiento puede ir desde ser
cínicos, escépticos, sarcásticos, fastidiosos, perfeccionistas, santurrones, a
ser viciosamente manipuladores. Inicialmente atraen a los demás con su ingenio,
su lógica infalible, sus hechos y su intelecto.
Culpador Profesional: Se
encuentran siempre en actitud de ataque, sobre reaccionan y hacen grandes
revueltas en busca de culpables por las situaciones que ellos mismos generan.
Suelen ser verbalmente agresivos y abusivos, y en vez de quejarse como “el
llorón”, atacan hasta a sus seres queridos.
Reyes del Drama:
Comienzan cada frase con un “no sabes lo que me sucedió ahora". Su vida
fluctúa siempre en los extremos positivos o negativos, navegando de crisis en
crisis y alimentándose del caos con el que manejan sus vidas. Cada una de sus
experiencias pareciera ser un cóctel de intensas emociones.
El Distante: Las personas
distantes están atrapadas en su mundo interior de luchas, miedos y dudas sin
resolver. Creen inconscientemente que si se muestran misteriosos y desapegados,
otros vendrán a rescatarlos. A menudo solitarios, mantienen distancia por temor
a que otros impongan su voluntad o cuestionen sus decisiones. Piensan que
tienen que hacer todo solos, no piden ayuda. Generalmente, consideran que su
principal problema es la falta de algo: dinero, amigos, contactos sociales,
educación, oportunidades, etc. Su comportamiento va desde no mostrar interés,
no estar nunca disponibles, no cooperar, a ser condescendientes, rechazar,
oponerse o ser escurridizos y hábiles en el manejo de la indiferencia como
defensa. Inicialmente atraen gracias a su personalidad misteriosa e
inaccesible.
Conversador Constante:
¿Tiene amigos que tardan dos horas en contarle algo sin importancia? Estas
personas están conectadas sólo con lo que les pasa a ellas, son incapaces de
escuchar a los demás y usan a sus familiares o amigos como espectadores de sus
eternos monólogos.
El adicto a la yugular:
Son las típicas personas que, cuando les están contando un problema,
interrumpen a su interlocutor diciendo que la situación de ellos es peor. Ante
cualquier manifestación, lo que ellos sienten o han experimentado es mejor o
más grande. Y si se trata de parejas o amigos cercanos, suelen ser descubiertos
cuando intentan desmotivar los planes de
otros: por ejemplo, si alguien desea comprar una casa, les recuerdan que
tardarán años en pagar un préstamo; dejan entrever que la persona no es capaz
de ejecutar sus deseos porque carece de actitudes.
Chismoso: Adora repartir
chismes. Su lema es calumniar siempre por la espalda a través de comentarios
sin piedad y en general infundados; siempre está creando un clima favorable
para victimizar.
Mal humorado: Escoge a
las personas repartiendo su mal humor. Su mayor fuente de energía es conseguir
que alguien se ponga de mal humor al igual que él.
Contestador: Cada palabra
o gesto de este vampiro contiene una reclamación explícita o implícita. El se
opone a todo, exige, reivindica, protesta sin parar. Más como sus reclamaciones
tienen poco o ningún fundamento, raramente consigue defender o justificar sus
protestas.
Halagador: Masajea el ego
de su víctima, cubriéndola de halagos.
Desamparado: Hace todo
para despertar la pena y conmiseración de los demás.
Fatalista: Anuncia y
anticipa todo tipo de desgracias. A través de previsiones siniestras y
dramáticas profecías, tiende a infundir miedo y pánico en sus víctimas hasta
sacarles cualquier tipo de esperanza en el presente y/o futuro.
Pegajoso: Invierte en la
sensualidad y sexualidad de la víctima. Siempre está haciendo el juego de la
seducción. Son personas muy necesitadas
que constantemente están tocando o necesitan ser tocadas.
Hablador: Habla por los
codos y obliga a sus víctimas a oírlo horas y horas seguidas, de esa forma
mantiene la atención, mientras se alimenta de la energía vital de sus oyentes.
Hipocondriaco: Cada día
aparece con una enfermedad nueva. Es su manera de llamar la atención de sus
víctimas, despertando en ellas preocupación, compasión y cuidados.
Controlador: Es uno de
los peores, porque se disfraza de bondad y a través de esta cualidad chupa
hasta la última reserva de energía. Casi siempre aparenta ofrecer y trabajar en
el más alto interés de sus víctimas, las cuales se sienten terriblemente
culpables cuando comienzan a liberarse de los sofocantes controles de esta
persona.
El controlador dicta a
las personas de su entorno lo que deben hacer y cómo deben hacerlo. Quieren
controlar todas las situaciones en las que se encuentran. Una persona
controladora intentará controlar tu manera de vestir y hablar, incluso
criticará tu opinión. El controlador busca que la persona controlada dude de
sus propias habilidades a la hora de tomar decisiones.
Si eres muy
atractiva/o y la persona controladora no lo es, es posible que tu aspecto se
convierta en un obstáculo en una relación de control, porque muy probablemente
sentirán celos y harán lo posible para que pierdas la confianza en tu
apariencia.
Este tipo de personas
suelen pensar que su intervención es necesaria y esconden un sentimiento de
superioridad, de ahí la necesidad de tenerlo todo controlado. Según ellas,
deben tomar el mando de una situación porque los demás no saben gestionar
correctamente los imprevistos. El mínimo cambio les afecta, por eso nada dejan
al azar, piensan en todos los detalles y se adelantan a todos los imprevistos
que puedan acontecer.
Envidioso: las víctimas
son indefensas, porque el vampiro percibe a sus víctimas como seres indignos
para poseer algún talento, propiedad o afecto que él desearía para sí mismo.
Altruista: Se presenta
como Gurú, maestro y salvador de almas. Dice a sus víctimas que no les cobrará
nada por el servicio de “salvación”, pero conforme avanza, los va drenando poco
a poco a través de “donaciones voluntarias” que al final se convierten en
obligaciones. Mientras que el vampiro se hace cada vez más rico, sus víctimas
se vuelven cada vez más pobres.
Pues bien,
primeramente se tendrá que estar muy “despierto” para saber a ciencia cierta
que la persona que se encuentra frente a ti es realmente un “vampiro
energético”. Tendrás que catalogarlo y clasificarlo en la característica a la
que pertenece.
En muchas
interacciones de este tipo, ni el vampiro ni su víctima son conscientes de que
se está produciendo una transferencia de energía de uno al otro. Contrariamente
a lo que sucede con los ataques planeados, los ataques vampíricos ocasionales
no implican una interacción social preliminar con la víctima, quien puede haber
sido seleccionada tan sólo por estar disponible en ese momento. Un ataque
casual no es tan visible como uno planeado, y normalmente la víctima no se
entera de lo que está sucediendo. Los resultados, sin embargo, son los mismos:
el vampiro sale saciado y la víctima experimenta un agotamiento energético.
El chantaje emocional
como característica propia y fundamental del vampiro energético es una práctica
muy habitual. Sin embargo, en las dinámicas de maltrato psicológico se utiliza
como una forma de hostigamiento para producir sentimiento de culpa con el
objetivo de controlar a otros. Se ejerce manipulando las emociones de otra
persona para el propio beneficio. Es muy común en las relaciones cercanas, como
las familiares y de pareja, ya que se aprovecha el vínculo sentimental, es
decir, suele haber en mayor o menor medida un lazo emocional entre el
chantajista y el chantajeado. Aquellos que emplean el chantaje emocional son a
menudo extorsionadores y posesivos. Sobre todo son especialistas en provocar
sentimientos de culpa.
El chantajista se
caracteriza por provocar confusión y una cierta sensación de obligación en el
chantajeado fomentando miedo y culpa. «Con todo lo que he hecho por ti, ¿así me
lo pagas?», o ¿así le pagas a tu mamá, ella que ha hecho y dejado todo por
ti?-es un ejemplo de una frase muy común para producir sentimientos de culpa.
Los chantajistas tienen diferentes estilos, pero a menudo utilizan el
distanciamiento, el desprecio o el rechazo como castigo si no consiguen lo que
quieren. A veces utilizan estrategias indirectas, como el lenguaje no verbal
reflejado en la mirada, los suspiros o los silencios, obligando a la víctima a
averiguar o suponer sus deseos.
El manipulador suele
recurrir a dos actitudes básicas, primero ejerce autoritarismo durante un
cierto tiempo, hasta que de pronto cambia el juego y permite que el ambiente se
relaje, que la víctima se calme y entre en la esperanza de que todo vuelve a su
cauce normal, para luego nuevamente volver a tirar de las riendas y ejercer su
control. De esta manera, va desequilibrando a la otra persona, que nunca puede
estar segura de cuál será lo próximo que la espera, creándole un estado de
ansiedad continuo.
Esta situación no es
exclusiva de la relación de pareja, se dá también en el ámbito laboral, entre
padres e hijos, entre amigos, y ocurre en cualquier estrato cultural, social o
económico.
Para protegernos de
estos ataques o enredos emocionales que lo único que hacen es quitarnos nuestra
preciada energía vital, el primer paso para salir de ese estado de sometimiento
es darse cuenta de ser precisamente manipulado y enredado, que no estás siendo
feliz como te mereces, que no tienes por qué vivir este tipo de ataques y poner
límites, que nadie tiene el derecho de decidir sobre tu vida y de que deseas
liberarte de ese sufrimiento.
¿Cómo se drena tu espíritu?
Estas personas se
entrometen en tu vida ignorando cualquier limite o privacidad.
Hacen un problema
grandísimo de algo insignificante, creando tragedias a su alrededor.
Se quejan
constantemente de sus parejas, hijos, trabajo, de su mala suerte, enfermedades y les encanta
ventilar cada detalle.
Critican tu
vestimenta, tu peinado, tu pareja, tus amigos, y tu perro; son gente muy
negativa.
No toman un NO como
respuesta, no toman en cuenta tus necesidades.
Te envuelven en un
halo de negatividad después de haberte tomado por sorpresa con todas sus
quejas.
Culpando a los demás
por sus problemas, ya que no pueden tomar responsabilidades.
Los Pasos Claves
1.
Reconocerlos.-Determina en qué categoría cae esa persona que te deja agotada
anímicamente. De esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo
opera.
2. Mantener el balance
interior.- Para evitar el contagio, muchas veces entender por qué esa persona
tiene ese efecto sobre tí, te ayuda a protegerte de su influencia negativa.
Cuando sabes que es ella, y no tú la que tiene un problema (porque es negativa,
belicosa, catastrófica, etc.), puedes mantener una distancia emocional que te
permite observar su comportamiento “desde afuera”, sin que te afecte.
3. Alejarte.- Si esta
persona no es esencial en tu vida, puedes diluir la relación. Muchas veces la
costumbre nos “ata” a amistades tóxicas.
4. Sanar la relación.-
Si la relación es importante para ti, Cheryl Richardson, autora del libro
"Take Time For your Life" ( Tome Tiempo Para su Vida), aconseja que
le dejes saber a esa persona de qué manera te está afectando. No se trata de enfrentarla,
herirla ni atacarla. En el momento oportuno, cuando ambas estén en buenos
términos, debes llamarla aparte y dejarle saber que, justamente porque la
quieres y valoras la relación, tienes algo que decirle. “Cuando haces/dices tal
cosa, yo me siento tensa/triste/ansiosa/ofendida. Te pido que no lo hagas más”.
Esto puede iniciar un diálogo muy sano para las dos.
Alguna protección para
ti cuando no puedes alejarte de estas personas, ya sea porque son familiares,
pareja o compañeros de trabajo.
Limita el tiempo que
pasas con esas personas.
Aprende a terminar
conversaciones diciendo que solamente tienes 10 minutos para hablar, que estás
ocupado.
Manténte calmado.
Se honesto con tus
necesidades.
Deja de engancharte
con ellos y sentirte que les debes algo o de tratar de salvarles la vida o sus
problemas.
Evita chismear de
otras personas o enredarte en conflictos.
Pon límites!
Usa un cristal
turmalina negra. Este cristal puede usarse como colgante, cargarlo en tu bolsa,
o simplemente apoyarlo en la mesa de la oficina como si fuera un pisa papeles.
Afortunadamente no
estamos indefensos para protegernos de los ataques de los vampiros a nuestro
sistema del aura. Se han desarrollado procedimientos que repelen los ataques y que
también pueden interrumpirlos, evitando así una pérdida mayor de energía. Dado
que los ataques vampíricos son normalmente muy cortos, pueden durar tan sólo
unos segundos, una respuesta rápida es esencial para obtener resultados.
La meditación es un
claro ejemplo para deshacerse de gente tóxica, aplicar técnicas como el
pranayama, cerrar tu cuerpo áurico, cortar lazos que atan con personas de
nuestro pasado, con familiares, pareja, etc. Salir a dar largos paseos, caminar
por la playa o hacer montañismo, disfrutar de un atardecer, hacer yoga, y
ejercicio, pero fundamentalmente, mantener tu vibra tan alta que no des entrada
a esta gente a utilizar tu energía; el dormir es muy bueno y te darás cuenta
que si comienzas a bostezar mientras alguien te cuenta sus tragedias es que
estás siendo atacada energéticamente.
El cuidarnos está en
manos de nosotros y el amor que mandemos a nuestro alrededor será nuestra mejor
herramienta hacia la intrusión.
SOFIA RANDALL
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