¿POR QUÉ HABLAR DE LAS LEYES UNIVERSALES?
Podría
parecer complejo hacer referencia nada más ni nada menos que a las leyes que
rigen la vida en el Universo, y sin embargo, nada más simple y básico, ya que
al ser estas leyes, la primera base sobre la cual funciona todo, a manera de
esqueleto o estructura que sostiene lo existente, toda ciencia, arte o
ideología puede sustentarse en ellas, incluso el casi insondable conocimiento
que nos acerca al comportamiento humano.
La
filosofía hermética ha enseñado desde hace miles de años, la clave de la vida a
través de estas leyes, indicándonos cómo su estudio y debida aplicación nos
puede ofrecer una mayor comprensión, no solo de la manera en que El Universo
–Macro se desenvuelve de una manera sorprendentemente ordenada y coherente,
sino también, y de manera especial, cómo ese otro universo –el microuniverso
humano- se forma y se reforma en su escalera de ascenso evolutivo.
Gracias
al descubrimiento de la Tábula Hiperbórea (fig. 1) que contempla y sintetiza dichas Leyes Universales,
pude ver que la siguiente descripción representa tan solo el comienzo de un
largo camino hacia la comprensión del funcionamiento general de la naturaleza y
el mundo. Sin embargo, mencionar todas estas leyes exigiría un libro entero de
análisis y correspondencias aplicadas al ser humano y mi interés es por ahora,
relacionar aquellas siete leyes del principio de Poder o Voluntad, contempladas
en el libro conocido como “Kybalión”, con aquellos aspectos que he encontrado
en la conducta humana y que de alguna manera por ignorancia y por la decadencia
de los fundamentos básicos espirituales dentro de cada ser humano, dan cuenta
de la confusión, la enfermedad y el conflicto, desvíos sin duda del camino
natural al que conduce la aceptación y cumplimiento de tales leyes en la vida
cotidiana. Mi intuición me condujo a pensar que, siendo tan claras y coherentes
estas leyes, la causa de nuestro caos actual podía ser en gran medida producto
de una pérdida de entendimiento, respeto y aplicación de estas leyes
universales y era necesario, entonces, volver a ellas y recordar nuestros
orígenes.
Las siete leyes del Kybalión corresponden a las leyes del principio “Principio” o Voluntad
Cuando
al fin decidí adentrarme en el estudio serio de estas siete leyes, descubrí que
éstas, por sí solas ya daban una pauta
básica para el estudio de otras materias de interés para mí como la sanación y
la educación, áreas del saber que a su vez exigían profundizar en la esencia y
las constitución del Ser Humano de tal manera que al comprenderlos, pudiera
proponer una ruta coherente hacia la armonización de la vida humana y ayudar a
reconstruir el equilibrio que ha perdido en su interior y en su relación con
otros Seres.
A
medida que me dejaba permear de las palabras contenidas en el Kybalión, muchas
ideas previas sobre el mundo emocional fueron cobrando solidez y empecé a ver con
más claridad que esta enseñanza no solo era una invitación indirecta a
conocernos como humanos, sino también a poner en práctica las leyes mismas,
afrontando con valor el reto de aprender el arte de la verdadera alquimia.
SINTESIS
DE LAS SIETE LEYES
En
la portada del Kybalión reza:
“Los principios de la verdad son siete:
Quien comprenda esto
perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del templo
de abrirán de par en par”
Cómo
veremos en otros artículos posteriores, esta magia de la que acá se habla, es
mucho más valiosa que todo el oro del mundo, es el Oro interior del Ser humano
que espera latentemente que su Alma lo descubra, lo refine y lo pula, de tal
manera que la transformación profunda, las transmutación de su propia condición
pueda darse. Y esta misma llave mágica es a su vez la que abre el entendimiento
y el corazón, para que podamos acceder al templo de la Sabiduría, viviendo la
aventura previa de abrir las diferentes puertas de conocimiento que hacia ella
pueda conducirnos.
El
orden de estas leyes guarda una coherencia y tiene una finalidad clara. La
primera rige sobre las siguientes y cada ley anterior a cualquiera de ellas se
considera superior, por ser más elemental; lo cual permite que podamos adquirir
un dominio de ellas para usarlas a nuestro favor y la de otros. Si las
analizamos en su orden ascendente nos daremos cuenta que desde la última hasta
la primera, cada vez es mayor el acercamiento hacia el Mundo Espiritual, y a
nuestra percepción de Dios, Absoluto o Gran Ser, la Gran Mente Universal, o
como es llamado en el Hermetismo, el Todo. Me referiré a Él en este artículo
como el Eterno y la Fuente.
Entre
estas leyes también existe una relación íntima e indisoluble. Comprendidas de
manera individual son solo teoría, pero una vez podemos descubrir cómo se tejen
entre ellas para comprender la realidad, vemos al Universo y a todos los Seres
en movimiento a través de ellas.
Sin
embargo cuando recién aprendemos algo, para nuestra limitada mente es necesario
separar y definir conceptos, lo cual intentaré hacer a continuación, no a
manera de resumen del mismo Kybalión, libro al que cualquiera podrá acceder si
desea profundizar en ellas, sino, más bien como un compartir personal, sobre
cómo asimilé estas leyes para asociarlas a la vida propiamente humana. El
propósito de la siguiente descripción es acercarnos progresivamente al interior
del Ser Humano, regido como todo Ser, bajo estas leyes y luego comprender la
manera en que esta filosofía nos enseña a iniciar el viaje hacia la
transmutación interior.
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