Del libro “Los 8 Kybaliones” de
Gabriel Silva, extraemos el siguiente fragmento que nos ilustra sobre la forma
de poner en práctica esta ley:
“El Mentalismo de cada uno funciona determinando nuestras propias vidas
mucho más que todas las influencias externas, de modo que si vamos
armonizándonos emocionalmente con la Naturaleza Divina, las mismas fuerzas
universales que antes nos obstaculizaban y confundían, serán nuestras
invencibles aliadas; y será cada vez más fácil entenderlas y aplicarlas. No es
preciso un estudio muy profundo de esta Ley Hermética para obtener de ella un
gran provecho, por lo que damos aquí a los Lectores una clave mágica de primera
magnitud para reorientar su vida. Siga estos pasos:
a)
Asegúrese
de haber eliminado completamente el miedo, el odio y los vicios en cualquiera
de sus formas. Debe eliminar los parásitos mentales y emocionales mediante la
observación constante y la represión de dichos parásitos. En ese caso no será
un “reprimido” Usted, sino cada vez más “superado”, en la medida que aprenda a
reprimir sin dejar de analizar sus enemigos interiores. Tanto de su
emocionalidad como de sus pensamientos habituales irán brotando mentalismos más
sanos. Este proceso catártico puede llevarle algunos meses, pero antes de un
año puede vivir exactamente como desee, en plena felicidad. Esto no implica que
deban cambiar sus condiciones económicas y demás, sino que cambiarán sus
mentalismos, su forma de ver la vida, su estado emocional y se irá “preparando el
terreno” en toda la parte del Universo afectado por su influencia, para que sus
mentalismos sean cada vez más bellos, potentes y acordes a las Leyes Divinas.
b) Mientras hace su catarsis, porque no necesita esperar a completarla,
pero debe seguir haciéndola, prepárese para hacer una práctica de quince
minutos diarios, en soledad o con su pareja si quiere realmente hacer su vida
con ella. Relájese profundamente y visualice cómo, dónde y con quién quiere
vivir el resto de su vida. Visualice, imagine con absoluta claridad y disfrute
de vivenciar lo que desea. Debe tener tanta emoción con esto que le inunde
totalmente, hasta el punto de creer realmente que ya está dado por el Universo
lo que desea. Esto debe tenerlo, retenerlo y mantenerlo constantemente en su mente,
sabiendo que va a ocurrir, que se dará porque cuando lo está imaginando, ya
está siendo dado. Tardará en recibir materialmente lo que ha pedido, en función
de la claridad y sentimiento con que lo haga. Las claves fundamentales para
acelerar la precipitación, son la alegría, el agradecimiento al Universo
y la emoción que le produce cada día ocupar esos quince minutos en la mejor
magia que existe: Pedir al Universo.
Tenga en cuenta que la Ley de Karma no sólo le dará a Usted lo que pida
para Usted, sino que le dará a Usted lo que pida para los demás.
c) Deje de ver lo que no quiere en su vida y empiece a ver sólo lo que
quiere, aunque le parezca imposible a su mente racional. Elimine cualquier duda
a medida que aparezca, aunque su cerebro le diga que no es posible, que son
fantasías, que eso no funciona así y cuantos obstáculos mentales aparezcan. Repita
diariamente la práctica pero durante el día mantenga su espera con seguridad de
que todo el Universo se ha puesto en marcha para darle lo que ha pedido.
Recuerde las muchas o pocas veces que ha deseado algo y se ha cumplido. Pues
sepa que las veces que no se han cumplido sus deseos es porque no ha aplicado
estas indicaciones, porque ha tenido dudas, porque ha tenido miedos, o porque
no ha tenido suficiente Amor a lo pedido..
d) No comente absolutamente a nadie sus deseos. Ni siquiera a sus hijos
o seres queridos (salvo a su pareja si ha iniciado la práctica en conjunto).
Los pensamientos de todas las personas influyen. Si comenta sobre sus pedidos
al Universo, aún con la mejor intención de sus familiares o amigos, harán un puro
borrón mental que el Universo también debe atender: “No creo que sea tan
fácil”, “Este está soñando y cree que se le cumplirá…” Eso en el mejor de los
casos; ya puede imaginar los pensamientos de quienes tengan envidias, temor de
que se le cumplan a Usted sus deseos, etc.
e) Puede hacer una carpeta en la que tenga escrito como “una carta a
los Reyes Magos” con todos sus deseos positivos y que considere benéficos para
Usted. Pero no piense que “los Reyes Magos es una fantasía infantil”. En
realidad es una enseñanza hermética que ha sido luego deformada. De hecho, a
los niños que piden con Fe absoluta (porque de eso se trata) se les cumplen sus
deseos. Ponga dibujos o fotos de lo que desea. Verá que uno a uno, en un plazo
menor que el que suele imaginarse, va llegando a su vida lo que ha pedido. La
práctica rúnica ayuda bastante, porque contribuye a depurar el cuerpo emocional
de los “no puedo”, los “no se puede”, los “pobre de mi” y mucha lacra juntada
en años de mala educación mental, superchería religiosa y limitaciones
impuestas de diversas formas. El Universo tiene una riqueza infinita y su mayor
impulso es darle a cada criatura lo que pide. Pero la manera de pedir jamás
debe ser de “Por favor, ten piedad de mí y dámelo” porque la emocionalidad es
la determinante, y con ello estaría manteniendo un pedido como “Te lo pido,
pero no me lo darás, ¡pobre de mi!…”
En síntesis, esta práctica requiere FE (o mejor dicho FA, que es el
Verbo Creador), que son un conjunto de las siguientes pautas: Pureza emocional,
ausencia de miedos y de odios de cualquier clase, Alegría, seguridad de que
pedir es recibir, visualización repetida hasta que se cumpla, Amor al Universo
y Gratitud.
Si analiza su pasado, sus deseos incumplidos y casi todas sus pasadas
desgracias, verá que han sido producto de sus propios pensamientos,
sentimientos, palabras y actos. Pero sobre todo, de su actitud emocional y
mental ante la vida y el Universo. Existen libros que tratan en mayor detalle
sobre este tema, pero si medita en estas pocas indicaciones y las pone en práctica
con determinación, verá que puede ser quien realmente es, trabajar en lo que realmente le gusta, tener
lo que quiera y vivir como quiera con quien desee.
Escriba una Carta al Universo. Recuerde que las cartas a los Reyes Magos
no son meros cuentos para engañar a los niños, sino conocimientos esotéricos
distorsionados con el tiempo y el mercado. Mantenga la mente todo el tiempo
posible, disfrutando de lo pedido como si ya lo tuviera, agradeciendo al Universo
porque ya está dado. Pero no debe hacerse como una ensoñación acompañada de un
“¿me lo dará o no?. La duda dejar abierto el horno cuando se está “cocinando el
pastel” y algunos esoteristas recomiendan que una vez hecho el pedido y tanto
mental como emocionalmente vivida la recepción con tal intensidad que al acabar
uno llegue a dudar si lo ha vivido realmente o lo ha imaginado, no se vuelva a
recordar el tema, dejando al Universo actuar por el camino más adecuado. En la práctica
personal, me ha resultado muy bien así.
No es una masturbación mental, como creen algunos o lo pregonen los
monopolizadores del conocimiento mágico. Eso de olvidarlo o soltarlo es cuando
ya se ha convencido de que está hecho, sin dudas, sin pensamientos
contradictorios de si funciona o no, o de pensar o actuar en otras cosas como
si eso aún no hubiera precipitado. Pero la mayor parte de las personas no
consiguen eso a la primera, entonces es preferible insistir y no soltarlo hasta
que se sienta la seguridad absoluta de que “está hecho”. Es como al escribir un
libro: Repaso y repaso hasta que considero que realmente ha quedado como me gusta,
pero en el caso de un pedido al Universo, hay ciertas diferencias y desde ya
que el “publicar” está representado en ese “momentum” creado al vivenciar con
gran intensidad lo anhelado.
A algunas personas les funciona “soltarlo” porque una vez que piden
algo en serio (generalmente cuando ya tienen práctica y no dudan), lo hacen con
tal intensidad que se olvidan de que aún está "el bollo en horno".
Así que lo dejan y precipita de un momento a otro, en lo más oportuno. Pero
cuando no se consigue el dominio emocional y mental sobre la duda, lo más recomendable
es machacar hasta que está precipitado, porque la mente racional (condicionada
y a veces aturdida), dice "no, eso tardará", o "eso no es tan
fácil…", o “eso está tan lejano...”. ¡ Como si al Universo le fuese
imposible o tan siquiera difícil alguna cosa...!”
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