¿POR QUÉ MORIMOS Y REENCARNAMOS?
por Horacio Velmont
No voy a entrar en ningún debate sobre si la reencarnación
es algo real o una mera superstición, sino que escribiré sobre la base de que
tal evento es un hecho cierto y que los
seres humanos reencarnamos una y otra vez en el planeta Tierra. Así de escueto.
Las variaciones o alternativas a esto son infinitas, de modo
que las eludiremos porque a nuestros fines exponerlas nos llevaría a otro
terreno y perderíamos de vista nuestro propósito.
No sabemos si se trata de un error de construcción o algo
hecho adrede, pero quien creó a la raza humana nos hizo mortales para que
muriéramos, reencarnáramos, muriéramos, reencarnáramos, y así casi
indefinidamente.
En estas infinitas reencarnaciones finalmente aprenderíamos
lo absurdo que son y les pondríamos fin elevándonos al reino siguiente o por el
contrario descenderíamos y terminaríamos reencarnando como simios.

Dije “simios” y esta aseveración no es ninguna alegoría. Los
simios son reencarnaciones de espíritus que otrora reencarnaron en cuerpos
humanos. Por supuesto que no deben haberse comportado bien para llegar a algo
así. La siembra es libre y la cosecha obligatoria, y quien siembra vientos
recoge tempestades.
La primera vez que tomé contacto con esta extraña idea fue
leyendo a Helena Blavatsky, que lo afirmaba rotundamente en la Doctrina Secreta
(el hombre no desciende del mono, sino que el mono desciende del hombre).
Más tarde lo encontré reiterado en El Evangelio de Nerón.
Así lo había enseñado el Maestro Jesús: los micos son seres humanos degradados.
157 Mas quien a la
hora de ser llamado a seguir el camino de la Vida Eterna, siguiera haciendo
hijos mortales, más se alejará de la Gloria haciendo causa común con Ieová, que
aprisionó a los hombres haciéndoles cuerpos mortales.
158 Por ello os digo
que estáis a favor o en contra de mi doctrina, y no es posible estar tibio,
porque los tibios están como sobre un hilo, y seguramente caerán al abismo, y
luego nacerán como micos, esos que los fenicios creen que son animales, pero
que en realidad son hombres caídos en la imperfección”.
Para comprender por qué afirmo que es un error de
construcción el que nuestro final sea la muerte y la posterior reencarnación en
ciclos indefinidos, hay que comprender primeramente cómo surgió la raza humana.
Sin entrar en detalles, la raza humana comenzó con la
clonación realizada por Jehová de los famosos Adán y Eva. Sea por error de
construcción de Jehová o algo hecho adrede por él para que no seamos igual de
inmortales, en este momento lo ignoro, pero el hecho está a la vista: nos
espera la muerte. La muerte como ser humano se entiende, porque como espíritu
somos inmortales.
Si no fuera por ese error de construcción los seres humanos
viviríamos indefinidamente -y no en la superficie sino en el Paraíso o Jardín
del Edén ubicado en la Tierra hueca-, nuestro cuerpo no se deterioraría y
después de mucho, pero mucho tiempo, quizás aburridos de la experiencia en el
plano físico, al anhelar algo más trascendente automáticamente ascenderíamos al
siguiente plano, el Reino Krístico.

Hace un tiempo se le hizo una consulta a la profesora
Denyse, integrante del Grupo Ruanel, sobre el tema de la Ascensión, y su
respuesta fue muy esclarecedora.
Estimada Denyse:
Atendiendo a “mi” supuesta ley de planos según el libro tibetano de los
muertos y lo explicado en la Teosofía, ¿acaso no es posible alcanzar el séptimo
cielo (reino crístico?) simplemente en una desencarnación normal, dada una
evolución espiritual concreta? Y que me dice sobre evolucionar desde el otro
lado…? No dudo que la ascensión pueda ser algo posible, el tema es: ¿es la
única vía posible? o ¿hay varios medios para llegar al mismo fin?
Apreciado O.:
Muy interesante me ha
parecido tu pregunta ya que uno quisiera que en verdad siempre hubiesen
alternativas varias para el proceso evolutivo y que la muerte física no fuese
un impedimento para ello. Sin embargo, si uno parte de ciertas premisas, la
posibilidad de Ascensión sin cuerpo físico no tiene un sustento claro,
especialmente si tenemos en cuenta que a menudo las enseñanzas del Libro de los
Muertos ha sido mal interpretadas por carecer de dichas premisas, y por su
parte la Teosofía, de la cual tuve la oportunidad de aprender en su momento,
tiene una parte fundamental de las verdades espirituales mas no todas, y sigue
dejando en el aire o en lo desconocido el tema de la vida eterna y la
inmortalidad humanas. Hay mucho simbolismo en ella que ha convertido el
esoterismo en “ocultismo” aunque no haya sido esa su inicial intención. En
otras palabras, tiene elementos infiltrados de la demiurgia.
Pero no me interesa
dilucidar la Teosofía sino más bien decirte a qué premisas me refiero para que
puedas reflexionar tú mismo al respecto y sacar tus propias conclusiones:
En primer lugar, el
Ser Humano para ser “humano” debe poseer un cuerpo físico. Un humano que
desencarna -rompiendo con ello la naturalidad de su condición dada por el
principio de Eternidad- no puede expresar su máxima condición ni puede realizar
la obra o sentido de su existencia que es la vivencia de la materia para
espiritualizarla, o como suelen decir algunos maestros, “Traer el Cielo a la
Tierra, para que la Tierra se convierta en Cielo”. Un ser que pierde su cuerpo
físico deja de ser humano en todo el sentido de la palabra para pasar a ser una
excepción natural en la cual sus vehículos astral y mental quedan a la deriva,
expuestos a la destrucción, y es ahí cuando los planos magnéticos de la Madre
Tierra que vibran en astral y mental los tienen que acoger para procurar
preservar el alma y darle posibilidad a nuevas encarnaciones. Si el ser humano
fuese solo un “alma inmortal” no tendría sentido que la naturaleza se esmerase
a través de sus leyes a llevarnos a nuevas reencarnaciones. La ley del karma
cumple un sentido muy claro aquí de procurar que se complete el aprendizaje
pendiente de depuración del alma para poder acceder al paraíso o lograr la
Ascensión.
En segundo lugar si la
Ascensión consiste en un cambio en el estado de materialidad del cuerpo físico
humano, es muy probable que sin cuerpo físico no se pueda Ascender, pero esto
es una deducción lógica y no sé si representa alguna ley. Considero que el
proceso natural es que cada reino realiza una transmutación biológica,
sustentada en el perfeccionamiento del alma o grupo de almas. Ni cristales, ni
vegetales, ni animales mueren en el mundo intraterreno, se transforman para
convertirse al reino siguiente. El humano también lo hace. La muerte es una
paradoja que se generó por los errores demiúrgicos. Si entendemos que ésta
última no es más que una desviación, tampoco tiene sentido alguno conservar la
idea del supuesto desapego físico como excusa para llegar a una vida
hipotéticamente eterna…de hecho bajo la luz de este saber, la muerte representa
un obstáculo y no precisamente una “salida”, aunque se tome como escape
psicológico para las masas que lo toman como fin inevitable.
El inconveniente de
aceptar abiertamente esta visión de la inmortalidad humana como verdadero
estado natural, ha sido que en este mundo donde estamos todo funciona al revés,
y la verdad sigue oculta. Además que no queda evidencia alguna de los
ascendidos por obvias razones -solo los miles de sudarios quemados por el
vaticano-. Pueblos desaparecidos, sabios de los que no quedan evidencia física
(tumbas), solo quedan en el enigma, porque los rastros físicos de su existencia
anterior no encajan con la mentalidad que tiene la muerte como dogma de fe.
En tercer lugar, es
contradictorio afirmar que pueda alcanzarse el estado Krístico si el ser humano
no ha vencido la muerte. Si se logra dominar el mundo material al punto de
vencer la muerte, es porque el iniciado ha superado todas las pruebas y
aprendizajes para alinearse con todos los principios universales, incluyendo el
más elevado que es el Principio de Eternidad. Las alegorías de los cielos se
refiere a los estados del Alma, a los cuales no se llega sin la vivencia previa
de la encarnación; también pueden interpretarse a los lugares de
“estacionamiento” al desencarnar, y en este sentido serían solo un “stand by”,
porque el alma de la mayoría de los desencarnados no puede avanzar más, solo
los “puros” logran sostenerse de manera temporal en el astral por amor a los
encarnados, sirviéndoles de mensajeros o guerreros. Aún así, tarde o temprano,
estos también deben continuar su camino, realizando su Ascensión. Quizás solo
en estas condiciones excepcionales sea posible hacerla sin cuerpo físico, pero
es algo que desconozco.
Y por último, si es
posible evolucionar de otra manera diferente a la Ascensión, lo dudo, porque
ascender es igual a evolucionar. Pasar a otro reino es evolucionar. O
permaneces en un reino estancado o pasas al siguiente y tienes nuevas
experiencias, con otro cuerpo, otras formas de vida. Sinceramente, no visualizo
de que otra manera puede entenderse la evolución, sacándola obviamente del mero
contexto psicológico seudoespiritualista de ser “mejor persona”, porque esto
último no deja de ser más que un consuelo a la falla de la muerte o un
distractor emocional, ante el contundente llamado humano de transmutar no solo
el alma, sino en consecuencia el cuerpo, la materia, la existencia, el
universo… tal como los conocemos. Recuerda que todo está unido, y la “materia”
física tiene su razón de ser.
Es importante aclarar que los Hombres Primordiales, me
refiero a los habitantes del Paraíso o Jardín del Edén (ubicado en la Tierra
hueca), encarnan y viven indefinidamente, y luego, como paso siguiente,
Ascienden. También nosotros deberíamos ser como ellos, así de inmortales, pero
por culpa de Jehová estamos condenados a un ciclo indefinido de muertes y
reencarnaciones.
Nuestra verdadera naturaleza es la inmortalidad física (en
el sentido expresado), y luego deberíamos Ascender al Reino Krístico como algo
natural, es decir, al mismo Reino que Ascendió el Maestro Jesús. Y la Ascensión
no significa muerte, sino todo lo contrario.
Para diferenciar la llamada “combustión humana espontánea” y
el proceso de la Ascensión al Reino Krístico puedes ver las explicaciones
brindadas al respecto en el artículo “Ascensión
como medio de evolución” en la etiqueta “Ascensión” de este blog.
Después lo anteriormente descrito y la lectura de este
artículo recomendado se habrá comprendido por qué estamos metidos en un ciclo
de muertes y reencarnaciones, y por supuesto del que debemos salir.
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